jueves, 15 de marzo de 2018

Pajareando por Salamanca 11/03/2018.

El título de esta entrada es parecido al de otra que publiqué hace poco más de un año, que en cierto modo la complementa; la podéis ver aquí.

 El domingo hizo viento, mucho viento. Deberes académicos y previsión de mal tiempo ya habían dado al traste con una salida reparadora al monte, pero había que salir, aunque fuera un rato, a saludar a la Madre Naturaleza. Le dije a mi peque que si nos íbamos a ver pájaros, y sobre las 10 de la mañana ya estábamos en el Parque de Jesuítas pertrechados de cámara, prismas... y paraguas.

Demasiado viento para ver pájaros, pensé, pero poco a poco fueron apareciendo mirlos, urracas, pinzones, gorriones comunes y molineros, palomas torcaces, tórtolas turcas, mosquiteros...

Hembra de pinzón común.

Gorriones molineros

No lo hicieron otros clásicos del parque (tampoco fuimos en su busca por donde suelen estar), como los petirrojos, colirrojos, currucas capirotadas, carboneros comunes.., ni tampoco los siempre buscados picogordos, que se encuentran ahora allí, o los no menos deseados, por  ser visitantes esporádicos, escribanos común y soteño, mitos o reyezuelos común y listado. Si que se asomó a vernos, vigilarnos más bien, un zorzal común.

Zorzal común


Ni rastro de las "invasoras" cotorras de Kramer que cada vez frecuentan más el parque, ni de rapaz alguna.

Pero el pequeño con lo que más disfrutó fue con la observación de un carbonero garrapinos que se dejó ver muy bien y, sobre todo, con varios herrerillos comunes picoteando los brotes que empiezan a proliferar en árboles y arbustos.

Aún no visten su traje de gala los herrerillos comunes como en las fotillos que colgué hace
tiempo y podéis ver aquí, pero siempre es una gozada poderles observar de cerca.



En el pequeño estanque de la parte baja del parque una pareja de azulones compartía espacio con los patos "residentes".

Y así, como el que no quiere la cosa, tan solo con atravesar el parque en busca de las orillas del río salimos del mismo con unas 20 especies vistas, habiendo disfrutado de bonitos momentos como el que nos ofrecieron los herrerillos...

Seguimos el paseo cruzando la Avenida de la Aldehuela camino del puente-pasarela de la Fontana, y en el "mirador privilegiado" sobre el río que supone la calle Carrión se dejaron ver otros clásicos, como cornejas, cormoranes grandes, garcetas comunes o cigüeñas. Seguían sin dejarse ver las rapaces.

Continuamos por el nuevo tramo de carril-bici que conduce a la Aldehuela, desde donde no vimos las clásicas lavanderas comunes ni las menos clásicas (aunque frecuentes en esta época) lavanderas cascadeñas. A cambio, se dejaron ver varias bisbitas y un zampullín chico, amén de otras especies ya vistas en el parque, claro.

Bisbita ribereña

Zampullín chico

Enfilamos hacia la pasarela de la isla del Soto y ,una vez allí, estuvimos un rato viendo como un gran bando de pinzones y verderones picoteaban sobre la hierba, con los prismas eso sí, que con el plumaje tan críptico que tienen casi era imposible verlos a simple vista...

También se dejó ver un ejemplar de "correcaminos" que nos sorprendió tras los verderones...Se trataba del amigo Paco corriendo un rato...

Bando de verderones y pinzones

La crecida del Tormes había inundado parte de los caminos de la isla, y tras recorrer parte de ella, nos tocó saltar algún precinto recién puesto... Por aquí hice la foto que más me gusta del día a una garza real volando, especie frecuente que aún no se había dejado ver.

Garza real

Faltaron a la cita los esperados martines pescadores y los casi seguros ruiseñores bastardos o carriceros, aunque sí que se dejó oir un chochín con ese pedazo de canto que desentona con su modesto tamaño.

Cormorán grande


Garceta común. Aunque no lo parezca, se trata
del mismo ejemplar de la foto de abajo...


Salimos de la isla por la pasarela próxima al Lidl y por el camino ribereño que reclama a voces una mayor atención nos dirigimos hacia el puente de la Fontana, donde daríamos por concluído el paseo pajarero... Pero tuvo que ser antes cuando cerramos precipitadamente prismáticos y cámara y abrimos el paraguas para aguantar a duras penas el aguacero repentino que nos acompañó ya hasta casa... Y, casi al final, se dejó ver un milano real luchando contra el viento en pleno vuelo. Ésta sería la única rapaz encontrada esta mañana, a pesar de lo cual, salimos más que satisfechos del paseo (esta misma mañana ya me ha sugerido mi "menudo" acompañante un nuevo paseo similar para el sábado...).

No estuvo nada mal... más de 30 especies "degustadas" durante un precioso paseo reparador de poco más de dos horas...; por cierto, muy recomendable para tod@s, se lleven o no prismáticos...


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