viernes, 24 de noviembre de 2017

Integral Valle de las Batuecas 17/11/2017.

Como ya hice hace casi 3 años, he dedicado uno de los días libres que me quedaban por disfrutar este año a patear por la sierra del sur de la provincia de Salamanca; como en aquella ocasión, la elección ha sido llevar a cabo una "integral" alrededor de un valle profundo y donde apenas se nota la acción humana... y también he realizado la caminata en buena compañía (en la integral de Quilamas, que podéis ver aquí, lo hice con el amigo José Ángel y en esta ocasión con Paco).

Sobre las 9,30 h. nos encontrábamos ya en el puerto del Portillo (1252 m.), y con el buen track compartido por Emilio "El Frutas" en wikiloc, que podéis encontrar aquí, afrontamos las primeras cuestas en una zona sin caminos evidentes que nos va a conducir al Alto de los Bardales (1435 m.). Siempre cerca de la cuerda o sobre ella, podremos observar no pocos buitres leonados, aún en sus posaderos nocturnos o comenzando ya sus largos planeos.






Según ascendemos, atravesando pequeños pinares y espacios con poca o ninguna vegetación, las vistas a nuestro alrededor cada vez son más espectaculares.



A nuestra derecha la Sierra de Francia muestra un gran espacio arbolado, apreciándose bien los colores otoñales de los robledales y castañares.



A la derecha de la Sierra se aprecia la gran extensión adehesada del Campo Charro; en sus límites se deja ver
el Convento de El Zarzoso y mucho más allá se "intuye" una gran población que podría ser Ledesma...

A la izquierda se ve cada vez más el profundo valle que vamos a rodear, con el cerro Rongiero, de más de 1600 m. en todo lo alto, y un paisaje muy recortado.


Y de frente, la mítica Peña de Francia (1723 m.) dominándolo todo, con su monasterio y el polémico "cohete" sobre élla.



Nos lo tomaremos con calma, y hasta las 11 no nos encontramos bordeando la Peña del Huevo (1414 m.), peñasco que destaca desde la lejanía casi tanto como la Peña y que se puede ascender sin mucha dificultad con alguna que otra trepada... Por aquí nos reencontramos con la pista que dejamos nada más salir del Portillo, que sigue hacia la Peña Carbonera (1505 m.) y el alto de Leras (1507 m.).











En la primera vemos de cerca el puesto de vigilancia que, a partir de aquí, siempre será visible, y también un bonito refugio blanco por debajo de él.


En el alto de Leras acaba la pista y se nos ofrecen buenas vistas sobre el valle de Batuecas y el recortado paisaje que lo rodea.


Al otro lado se ve una ladera descarnada con demasiados caminos que van hacia la Peña de Francia.


Los pinos y en general los árboles tienen más dificultades para crecer y sobrevivir en esta zona abierta, la más elevada por la que pasaremos durante la marcha.



Ya cerca del mediodía, disfrutamos del paso de vertiente de un pequeño rebaño de cabras montesas (hembras y jóvenes).


Nos dirigimos luego hacia los Puertitos (1361 m.) primero por el tramo más agreste de nuestro recorrido y después enlazando con una pista que sube desde la Alberca y se ha unido antes con la que viene del Portillo.


Cuando nos encontramos a tan solo 2,5 kms. de la cumbre de la Peña de Francia comenzamos a alejarnos de élla, y el cerro Rongiero (1622 m.) va ganando protagonismo.



En esta roca se aprecian muy bien los trazos provocados por el movimiento del agua
sobre el lecho marino hace cientos de millones de años.

Un pequeño bando de acentores alpinos se posó muy cerca de nosotros.

Escuchando la soledad sonora del valle solitario nemoroso que cantaba San Juan de la Cruz llegamos a los Puertitos (1361 m.), punto éste donde la marcha va a coincidir hasta casi la portilla del Cid con el tramo de subida de la circular que hicimos en enero de 2016 y podéis ver aquí.



Se ve bien el camino por el que bajamos entonces hacia el interior del valle, y el que nos va a conducir hasta el puerto de Monsagro (1359 m.), donde llegamos sobre las 12,45 h. y distinguimos bien el pueblo que le da nombre.




Con los prismas, y también con el zoom digital de la cámara a tope, llegaremos a distinguir
la ciudad portuguesa de Guarda... (arriba del todo a la drcha.)

Un pequeño sendero que asciende unos 100 m. nos va a dejar ver otra buena panorámica del valle a nuestra izquierda.


Aquí se aprecia muy bien el valle principal y, a su drcha., el del arroyo del Chorro.........

Aquí comienza la bajada propiamente dicha, muy tendida y fácil de seguir, que alterna tramos arbolados y grandes canchales por las laderas norte de los picos Rongiero y Montón de Trigo.



Las vistas hacia el valle son impresionantes, distinguiéndose bien los puntos más elevados por los que hemos pasado y algunos caminos que entran desde éstos hacia el valle.


Sobre las 13,30 se deja ver una gran águila real, seguramente hembra.


Y media hora después paramos a comer junto a unas rocas donde proliferan las "cruzianas", huellas fosilizadas de trilobites que pasaron por una zona de lodos hace más de 300 millones de años...



No hay tiempo para la siesta si queremos seguir en plan tranquilo, y seguimos nuestro descenso jugando a encontrar al otro lado del valle o en él zonas conocidas. Damos enseguida con una de las zonas con pinturas rupestres más conocidas del valle, lugar que di en llamar los "labios de Batuecas" durante la circular que hicimos ya hace unos añitos, que podéis ver aquí.



Al atravesar la bonita pedrera, fácilmente distinguible desde la lejanía por su aspecto de mariposa, pasamos junto a los primeros rebollos, que lucen sus mejores galas otoñales.


A partir de aquí nos introducimos en zona boscosa, alternando el robledal con zona de pinos y con bastantes madroñales , algunos de los cuáles, a pesar de la sequía, presentan bastantes frutos...





Poco a poco se va reconociendo la forma de mariposa de la gran pedrera que
hemos dejado atrás... y en su "ala" drcha. los dos robles aislados junto a los que hemos pasado...

Curioso recorrido de un pequeño bosquecillo de alcornoques abriéndose paso ladera arriba entre la vegetación rastrera...

En algunos momentos parece como si el monasterio y el "cohete" se encontraran en la cuerda de las Batuecas.

El chorro de Batuecas... sin chorro...

Arce de Montpellier




Los "labios" de las Batuecas...

Dejamos atrás las laderas del Montón de Trigo y rodeamos el Pico de las Ventanas por su cara norte, pudiendo ver ya, cuando quedan 10 minutos para las 16 h. el Monasterio y sus huertas, así como algunas de las capillas que lo rodean.



Por aquí se deja ver un gran macho montés que atraviesa el camino por el que vamos, y poco más tarde nos tocará dar la vuelta unos metros, para encontrar los hitos que marcan el camino que baja en zig-zag hacia la parte baja del valle (habíamos seguido el mismo camino por el que subimos en enero del año pasado pensando que debíamos llegar hasta la portilla del Cid...). No conocíamos este último tramo de bajada y nos sorprende gratamente, no solo por la cantidad de vegetación, sino por lo bien trazado y trabajado que está...



En esta foto y en las siguientes podéis ver los únicos hongos que hemos visto. Malos tiempos para los "seteros".



Nos sorprende que poco antes de llegar a la presa donde se junta con el camino principal del valle nuestro sendero deba atravesar un muro, para lo que éste ha sido derruído a su paso.

Son ya las 16,30 h. y nos queda la subida al Reventón, con 650 m. de desnivel, tramo éste que no aparece en el track que llevamos pero bien marcado y fácil de seguir desde la entrada al Monasterio.



En un tocón junto al camino se había formado un mapa de la Península Ibérica...



Encontramos seca la fuente que hay en la zona donde las raices del bosque de galería presentan una imagen fotogénica junto a las paredes del muro conventual, y tras una foto a una de las maltrechas lajas poéticas de pizarra que adornan los alrededores, que me ha servido de inspiración en alguna pretenciosa frasecilla de este relato, iniciamos el "último empujón" cerca de las 17 h.




El monasterio presenta un aspecto muy distinto desde aquí... Siempre me ha llamado la atención ese pino-bonsai que lucha por sobrevivir sobre el tímpano que corona el campanario de entrada al recinto...




Nuevas "jugosas observaciones" nos sorprenden durante la subida, cuando la tarde nos va dejando y las últimas luces del día enriquecen aún más, si cabe, la belleza de este rincón privilegiado.

Herrerillo capuchino.

Halcón peregrino. El juego de sombras hace que parezca otro ave...




La "mariposa" al atardecer...

Por aquí destacan los picos de la Orconera y la zona de la Halconera, que superan los 1400 m., zona que visitamos en mayo del 2015 en una bonita marcha (en busca de la Torre que alguno bautizó como "Dedo de Dios"), que podéis ver aquí


El río Batuecas abandona el valle del Monasterio con un brusco giro hacia el Sur en busca del Alagón.



Algunos buitres leonados esperando la noche en sus posaderos.

Ya cerca del Portillo se dejaron ver dos machos de Capra Pyrenaica Victoriae de gran tamaño.


Y cuando quedan pocos minutos para las 19 h., sin llegar a usar el frontal por los pelos, recuperamos el coche y regresamos a Salamanca después de una inolvidable caminata de unos 20 kms., con un desnivel acumulado de 1200 m., tomada con mucha calma para poder disfrutar de esa soledad sonora del valle solitario nemoroso...

Os dejo un mapa con el recorrido.







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