jueves, 22 de septiembre de 2016

Londres 01-09/07/2016


Este año está siendo muy propicio en cuanto a viajes se refiere, y uno de los más "jugosos" ha sido el que hemos hecho a principios de verano a Londres. Me quedó un muy buen recuerdo de la otra vez que estuve allí, en el verano de 1997... hace unos añitos... Entonces fuimos y volvimos en bus, y ahora lo hemos hecho en avión con Ryanair por algo más de 600 euritos la misma pareja de pájaros junto a otros dos pajarillos llegados después de formar el nido... Aunque con un "plan de ataque" muy distinto, hemos disfrutado también de lo lindo y hemos acabado con ganas de volver pronto.
El aeropuerto al que llegamos, Standsted, se encuentra a unos 50 km. de Londres, pero nos resultó muy fácil llegar a la casa donde íbamos a alojarnos estos días, en la zona  de Finchley, al  estarnos esperando en el mismo aeropuerto el cordial conductor del "minicab" que teníamos reservado (por cuarenta y pico euros, si mal no recuerdo), y no tener que "sufrir" el desconocimiento de la zona.

Iniciamos nuestro deambular por tierras inglesas el 30 de junio sobre las 19,30 h. (hora ya inglesa), y lo que quedaba de ese día lo dedicamos a llegar a nuestra "sweet home" y a conocer a la familia que nos iba a acoger. Y es que el viaje en esta ocasión tenía también el aliciente de compartir casa con una familia que vive allí, lo que nos iba a venir muy bien para practicar inglés y nos regalaría un "feeling" del que iba a surgir una buena amistad.

Va a ser el viernes 1 de julio cuando empezamos nuestros viajes en metro, "oyster card" en mano, para patear Londres. Nos llevará no más de media hora cada recorrido desde nuestra casa al centro, y hemos decidido comenzar acercándonos a Hyde Park, donde muy pronto encontramos la conocida estatua de Peter Pan junto al lago conocido como The Serpentine. Nos sorprende la gran cantidad de aves de todo tipo que vemos y que se dejan acercar mucho más que por nuestra tierra, donde deben tener en sus genes aún bien marcado aquello de "ave que vuela, a la cazuela".



Arrendajos
Y el más menudo de los nuestros va a disfrutar de lo lindo con las ardillas americanas que empiezan a dejarse ver por todos los lados, a alguna de las cuáles llega a dar de comer de la mano.


Después de un largo paseo de unas dos horas, con control de avituallamiento incluído llegamos a la divisoria con St. James Park, con el arco de Wellington y Buckingham Palace dándonos la bienvenida. Empiezan a dejarse ver otros iconos londinenses, como The Mall, la gran avenida que acoge los desfiles de la Guardia Real, o The Horse Guards Parade, rodeada de edificios monumentales. También sobresalen sobre las copas de los árboles las torres de las Casas del Parlamento o la zona más elevada del London Eye.









Barnacla cuellirroja y ardilla americana


Garza real junto a cisnes vulgares





A media tarde dejamos los parques y las jugosas observaciones ornitológicas con que nos han deleitado y enfilamos por el Whitehall en busca del icono más conocido de Londres, el Big Ben, pasando antes por el nº 10 de Downing Street...






Y lo que queda del día nos moveremos entre esta zona y The County Hall, donde llegaremos por el puente de Westminster. Las vistas desde este puente hacia el sur son espectaculares, con la aún inacabada zona residencial de St. George Warf, destacando su Tower de más de 180 m. coronada por una turbina que aporta dos tercios de la energía que consume el edificio.



Las vistas desde el otro lado del puente hacia las Casas del Parlamento también son impresionantes con el London Eye dominandolo todo desde 1999.




Seguiremos paseando por esta orilla, donde proliferan puestos mercantiles, buscando ya una estación de metro pasadas las 21 h.





El sábado por la mañana vamos a empezar, tras un corto trayecto en metro, en Camden Town, recorriendo las tiendas de ropa, discos y regalos varios, algunas de las cuáles recuerdan al zoco de Marraquech, de tantos recovecos que se encuentran. Y una hora y media más tarde nos encontramos en Camdem Lock, en busca de los chiringuitos con comida típica de medio mundo. Es ésta una zona donde se puede encontrar gente con todo tipo de atuendos, y muy pintoresca también por el canal que la cruza, con sus esclusas funcionando continuamente y sus barcazas, unas desplazando turistas, otras alquiladas por familias o amigos e incluso algunas ejerciendo como viviendas permanentes. El ambientillo es algo que no se puede uno perder en su visita a Londres.













Después de comer junto a una de las esclusas, decidimos tomar rumbo a Little Venice por un paseo que sigue canal arriba.





Pasamos junto al zoo, pudiendo ver algunos de sus animales y, como estamos muy cerca de Regent's Park, cuando ya pasan las 15 h. decidimos entrar a conocerlo.

Nos sorprende el tamaño de la zona de césped, con varios grupos de niños y adultos jugando al cricket. Nos acercamos a una zona ajardinada junto a Queen Mary's Gardens, donde encontramos varias bodas, con sus novias aprovechando bien una coyuntura florística de primer orden. Y regresamos en busca de la pequeña Venecia bordeando antes The boating Lake.







De nuevo en el camino del canal  nos viene a saludar una fuerte tormenta (con un puente al lado que nos viene de perlas) que tan solo dura unos minutos.






Y desde allí, cuando aún son poco más de las 20 h. regresamos a casa, pues queremos cenar allí y pasar un ratillo con nuestros anfitriones, que no acostumbran a trasnochar tanto como por aquí...

Comenzaremos el domingo acercandonos a ver el cambio de guardia a The Mall.




Tras un nuevo paseo por St. James Park nos dirigimos a Trafalgar Square pasando bajo el Arco del Almirantazgo. Tras recrearnos un rato con las vistas exteriores de la National Gallery y otros monumentos de la zona, nos dirigimos al British Museum, entrando ya cerca de las 13 h. y permaneciendo allí durante más de cuatro horas, con un pequeño descanso para comer. La verdad es que uno no se cansa de disfrutar con tantas obras de arte llegadas desde todos los puntos del globo. Mejor no plantearse la opinión de los habitantes de las zonas de donde fueron sustraídas...











Sobre las 17.30 h. callejeamos un poco acercándonos a Apple Market, galería que desconocía y que nos sorprende con un quinteto interpretando piezas de música clásica en un enclave con muy buena acústica.






Me llama la atención un asiático que ofrece bustos de barro muy bien ejecutados a partir de fotografías que le dejan los turistas.


Seguimos perdiendonos por las calles de la zona, con algunos edificios señoriales de ladrillo y piedra y músicos callejeros que nos llaman la atención. Pasaremos también por el barrio chino y despidiremos el día en Picadilly Circus cuando sus neones empiezan a lucir más, al caer la tarde.














Comenzamos nuestra visita del lunes por la zona de la catedral de San Pablo ya pasadas holgadamente las 13 h..., tarde, como debe ser un lunes ;-). Y en vez de subir para recrearnos en las vistas exteriores alrededor de la cúpula, nos dirigimos a un alto edificio que tiene un bar-restaurante en la azotea y se encuentra en sus proximidades. El acceso a la azotea lo hacemos por un moderno ascensor exterior acristalado y, una vez arriba disfrutamos de un mirador privilegiado, sobre todo hacia la catedral y hacia el Shard, ese rascacielos acristalado acabado hace cuatro años, que se ha convertido en el más alto de la Unión Europea con casi 310 m. de altura.


Nos llevamos, además, la agradable sorpresa de encontrar en la azotea la retransmisión en directo de los partidos de Wimbledon en una gran pantalla exterior acompañada de numerosos cojines y  tumbonas de uso gratuito.


Una hora más tarde y tras acercarnos a ver la catedral de San Pablo cruzamos el Támesis por el puente peatonal del Milenio, que recuerda a las obras de Calatrava,  e iniciamos un recorrido por la margen derecha del río en busca del Tower Bridge, que ya se deja ver.




Primero pasaremos junto a The Globe, reconstrucción in situ del teatro donde Shakespeare presentaba sus obras hace ya algunos siglos.


Luego nos acercamos a Borough Market no sin antes ver en la otra orilla un edificio moderno al que le tenía ganas y no había logrado localizar aún. Conocido como "el Pepinillo" se trata de un rascacielos de 180 m. construído en 2003, cuya atractiva forma ha creado escuela. No es de extrañar que tarde en aparecer, pues tanto el "Walkie Talkie" como el "Rallador de Queso" se lo han comido, literalmente, desde su construcción en 2014. Por si esto fuera poco, en 2019 está prevista la terminación de The Pinnacle junto a ellos, con una altura próxima a la del Shard... (las grúas de color rojo parecen indicar que la cosa va en serio...) Los nombres que os pongo entre comillas, por los que conocen los londinenses a estos edificios, la verdad es que les van al pelo a los rascacielos, y resultan muy intuitivos, ¿no?

A veces las cosas no son lo que parecen...



El pepinillo entre el walkie-talkie y el rallador de queso... 

Pronto dejamos a nuestro lado una pequeña dársena donde se esconde el barco con el que el pirata Drake ejerció su patente de corso por todos los mares, castigando especialmente las rutas de llegada del oro americano a España...

Y muy cerca, antes de llegar al mercado, nos encontramos junto a la catedral de Southwark, cuyo interior me sorprende gratamente. De acceso gratuíto a diferencia de la de St. Paul, tiene un retablo de piedra espectacular.




El exterior también vale la pena, con un miniparque que se agradece por esta zona que carece de espacios verdes. Cuando pasamos por allí nos topamos con un macroajedrez a disposición de los viandantes donde me echo una partidita con el amigo David.

Ya son las 3 de la tarde cuando llegamos al mercado, encontrando muchos puestos ya cerrados pero pudiendo conseguir algo exótico y "rico rico" que llevarnos a la boca.


Tras pasar muy cerca del Shard y junto a un típico pub inglés con los no menos típicos ejecutivos de la City tomándose unas birras fuera, llegamos a una gran galería junto al río que cuenta con un curioso artefacto cuya forma recuerda a un barco que mueve parte de sus piezas y entretiene mucho, sobre todo a los más menudos.




Las vistas hacia la City desde aquí son inmejorables, y también hacia el Belfast, barco-museo de la 2ª Guerra Mundial, y hacia el London Bridge.




Pronto se deja ver bien la Torre de Londres y nos entran ganas de ir hacia allí vía puente colgante, pero de camino nos encontramos con otro instalache parecido al de esta mañana, habilitado con motivo de Wimbledon y, como encontramos tumbonas libres, nos quedamos un buen rato medio sesteando en el lugar...


Sobre las 18 h. nos encontramos cruzando el puente, con buenas vistas hacia el Belfast y los edificios modernos de ambas orillas, y también hacia el espacio amurallado de la Torre de Londres, empequeñecido en la actualidad por la construcción de tanto gigante a su alrededor.




No entraremos en la Torre, a punto de cerrar por otro lado, pero un Beefeater se dejará fotografiar a lo lejos...


Nos llaman la atención detalles incluídos en las almenas y en el foso no hace mucho...



Y tras rodear la fortaleza enfilamos hacia el Central Business Center de Londres en busca de ese Pepinillo que quiero ver de cerca...  Encontramos las calles casi vacías, totalmente distintas a como deben estar por la mañana, y nos llevamos una sorpresa al llegar al edificio, una estatua del catalán Jaume Plensa, muy parecida a la que vimos en Burdeos el año pasado y que, como aquélla, transmite paz y tranquilidad...









Merece la pena dar una vuelta por esta zona, con manifestaciones artísticas chocantes, como una gran ala de unos 10 metros a la entrada de un rascacielos, o una gigantesca pecera rebosante de peces tropicales en la recepción de otro...

Sobre las 19,30 h. pasamos junto a Liverpool Street Station y decidimos entrar para informarnos de horarios que necesitamos para el día siguiente, viéndonos sorprendidos por el tamaño de la estación.




Seguimos luego nuestra visita por la City y sobre las 20,30 h. buscamos ya una estación de metro para regresar a casa.


El martes 5 de julio toca visitar a mi madrina y su familia en Guildford, y pasamos la mañana allí, muy a gustito.

Después de dar una vuelta por esa ciudad regresamos a la estación de Waterloo, donde llegamos sobre las 16,15 h., y  volvemos a ver pantallas gigantes mostrando a los viandantes las hazañas de Murray en Wimbledon.


Nos acercamos a pie hasta la Abadía de Westminster, cuyo interior no podemos visitar porque acaban de cerrar a los turistas a las 17 h....





Damos una vuelta por la zona y nos dirigimos hacia la catedral de Westminster, cuya torre nos sorprende por su altura.



Decidimos entonces ir a ver Harrod's y nos dirigimos hacia allí primero por una gran avenida, luego por una zona que parece acoger a numerosas embajadas y al final por una zona residencial de alto standing, llegando a los almacenes sobre las 18,45 h.


Merece la pena una visita con calma a los almacenes, sobre todo yendo con niños... Encontramos mucho visitante y poco comprador, éste sobre todo musulmán o japonés... Resulta espectacular la decoración, pero también muchos detalles expuestos y productos que se venden. Será caro, pero también hay mucha calidad...



Después de más de dos horas de visita, nos dirigimos hacia una estación del metro atravesando una zona con bonitos edificios y mucho tráfico.


Y sobre las 21,20 h. llegamos a casa, situada en una zona residencial que también tiene su encanto...


Zorzal charlo

Vamos a comenzar nuestro recorrido del miércoles 6 en el Natural History Museum, uno de los platos fuertes de las vacaciones, para mi gusto. Y es que no sé qué me gusta más, si el continente o el contenido, pues ambos ofrecen mucho y bueno... El edificio ya te pone en antecedentes de lo que vas a encontrar, con una decoración con originales y múltiples motivos de flora y fauna. Luego, ya dentro, los fósiles, los animales disecados (muchos menos ahora que hace unos años), la exposición sobre dinosaurios, las reproducciones de grandes animales a tamaño natural... hacen disfrutar a pequeños y mayores, sobre todo si te gusta la naturaleza como a nosotros, claro.





Después de una larga visita al museo (gratuíto, como el British o la National Gallery) en dos fases, separadas para comer en una zona ajardinada dentro del recinto, cerca de las 16 h. nos encontramos de nuevo en el metro para acercarnos a una zona que no figura como un destino londinense de primer orden en las guías, pero de la que guardábamos muy buen recuerdo y queríamos visitar con los peques, los Kew Gardens. Aunque uno de los grandes invernaderos está siendo restaurado, visitamos el otro, conocido como Palm House, contemplando los grandes espacios de césped y ajardinados que lo rodean, y luego damos un paseo "a buen ritmo", ya que cierran a las 19 h. y hay mucho que ver... Numerosos árboles centenarios, lagos, monumentos, y también nuevas atracciones que no conocíamos, destacando el paseo circular a más de 15 o 20 metros de  altura junto a  las copas de los árboles.










Nos faltará tiempo para verlo todo, y dejaremos muchas cosas para otra vez, a pesar de apurar la visita hasta el punto de llamarsenos la atención a la salida. Pero es mejor tomar la visita con cierta calma para disfrutar del espectáculo que nos ofrece esta "reserva" donde se da la mano la naturaleza con una humanización respetuosa de ella. Aunque el origen tenga que ver con la separación de clases buscando un uso privado, deben estar contentos londinenses y turistas con el destino que se da hoy en día a los parques reales que proliferan por Londres...

Ya sin tiempo para acercarnos a otro gran parque próximo, Richmond Park, donde incluso campean a sus anchas gamos y ciervos, nos acercamos a Kew Bridge y descansamos un rato en un parque junto al Támesis antes de volver a casa.

Y San Fermín lo pasaremos este año en Oxford, viajecito del que espero hacer un reportaje un día de éstos, por lo que no os dejo fotillos de momento. Si lo hago de las tiradas a partir de las 20,30 h., ya de regreso en Londres, al haber sido éste el día elegido para subir al London Eye por el "módico" precio de 25 libras por adulto y 19 por niño; eso sí, con una película 3D incluída... perfectamente prescindible...


Algo carillo... pero totalmente recomendable, sobre todo a esta hora en que el día deja su turno de trabajo. Las vistas hacia  los Royal Courts y el oeste de la ciudad al atardecer, la City o el Shard iluminando sus interiores progresivamente... son imágenes que quedan en la retina.







Cenaremos en un Burger King junto al London Eye y estaremos por la zona hasta las 22,30 h. pudiendo ver la iluminación nocturna de algunos de los edificios más emblemáticos...



Y el viernes 8 vamos a comenzar nuestra andadura intentando ver el cambio de guardia en mejores condiciones que hace unos días, pues entonces llegamos algo justos de tiempo. Vemos parte del desfile de la caballería y el regreso de parte de la infantería, combinándolo con un paseo por St. James Park que nos permite ver sus célebres pelícanos que no encontramos hace unos días.






A mediodía partimos hacia Trafalgar Square con idea de hacer una fugaz visita a la National Gallery centrándonos en épocas y cuadros concretos que al final se alarga un poco, disfrutando también de algunos detalles del edificio que pasan desapercibidos para la mayoría de los visitantes que se centran en los cuadros.



A las 14 h. estamos de nuevo en la plaza, donde hemos quedado con parte de nuestros anfitriones para dar un paseo. Y hora y media después tomamos un barco, creo que junto a Embankment, que nos llevará a otro lugar que no conocía y que me ha sorprendido gratamente, Greenwich. Bueno, antes de llegar allí el recorrido del barco se convierte en toda una experiencia, no tanto por la velocidad que coge entre parada y parada, que también sorprende, sino por las vistas que se nos ofrecen a ambas orillas del río.











Cerca de nuestro destino, pasado el Tower Bridge, sorprenden los rascacielos de Canary Wharf, con un par de ellos de más de 200 m. de altura.


La llegada a Greenwich también es espectacular, con el gran velero Cutty Sark convertido en un museo en el mismo puerto al que llegamos.

Luego nos encontraremos con nuevas sorpresas a pesar de encontrar cerrados algunos lugares de interés y toparnos con los prolegómenos de un festival de música.

Greenwich nos recibe con un variopinto mercadillo que está a punto de cerrar (aquí todo cierra pronto...) y una especie de museo con entretenimientos interactivos varios que encanta a los peques.


Luego nos vamos colina arriba por unos prados enormes camino del Observatorio Real,  donde está marcado el meridiano 0º junto a distintas unidades británicas de medida desde el siglo XIX.



Proseguimos nuestra ascensión llegando a uno de los mejores "Vista Points" sobre la ciudad de Londres, destacando tras los edificios oficiales de Greenwich los rascacielos de Canary Wharf y la llamada cúpula del Milenio, la más grande del mundo según rezan los trípticos...




Tras descansar en las alturas bajamos a pasear por el puerto visitando el bonito pub llamado Gipsy Moth en recuerdo del velero en el que Sir Francis Chichester dio la vuelta al mundo,  que se encuentra junto al gran clipper Cutty Sark.



A las 19,30 h. tomamos el barco de vuelta al centro de Londres, con buenas luces para disfrutar del panorama que nos ofrece el recorrido de más de media hora.




Otra media hora nos llevará acercarnos a Cleopatra's Needle, tirar unas últimas fotillos y llegar a la estación de metro prontito para cenar en casa algo típico... fish&chips con nuestros nuevos amigos.

Y el sábado, último día de nuestra estancia, queremos estar en el aeropuerto sobre las 14 h., pues el vuelo sale a las 15,30 h., pero antes lo tenemos todo programado para hacer unas compras en Camden Town peeerooo las cosas se van a complicar un poco al encontrar nuestra estación de metro cerrada por obras. Se nos informa que hay un servicio de autobuses alternativo y, empujados por los peques, tiramos por el camino del medio rumbo a Camden Town  retrasandonos un poquillo en nuestros cálculos pero logrando salir camino de Standsted según lo previsto. El mismo conductor nos llevará en su minicab al aeropuerto con tiempo de sobra... al principio... Es entonces cuando la cosa se complica más aún, pues encontraremos un atasco en la autopista motivado por un accidente que casi nos deja en la Gran Bretaña. Llegaremos a la puerta de embarque por los pelos. ¡¡Uffff!!

Y aunque la calidad es pésima, os dejo un último recuerdo logrado durante el trayecto aéreo de vuelta, pues identifiqué Lerma desde el aire y conseguí hacer esta cutre-foto. Saludines.








3 comentarios:

  1. Vaya viajecito. Precioso reportaje fotográfico y documental.

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  2. Desde luego no me extraña Manolo que tenías abandonado el blog. Esta entrada tiene tanto valor y tantas horas que a los que te seguimos nos compensa de sobra la espera.Maravilloso texto, maravillosas fotos de una ciudad que conozco, pero que viendo tus fotos necesito actualizar. Siempre le sacas a tus viajes un toque especial. Enhorabuena!

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  3. Como se nota que ando entre amigos... Pues he tenido un error de bulto, que conste en Acta... He llamado "Science Museum" al "Natural History Museum"... Mañana lo corrijo. "Sorry!"

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