viernes, 11 de marzo de 2016

Circular en Abelón por la cascada y el mirador de la desembocadura del Esla. 21/02/16.

En esta ocasión optamos por una marcha cortita que no nos hiciera madrugar y nos permitiera regresar a Salamanca con tiempo para acabar deberes académicos y de otro tipo. Una buena ocasión para afrontar este "jugoso descubrimiento" que el boca a boca  ha convertido en marcha de moda entre nuestros amigos. Javier se encargó de ponernos los dientes largos unas semanas antes al compartir unas fotillos de la cascada del regato la Cunca  y de los miradores sobre el Duero, y el amigo Pina le fue a la zaga unas semanas después cuando, aprovechando las lluvias persistentes se acercó por allí y compartió unas imágenes de la zona que invitaban también a conocerla.

Nosotros hemos tardado algo más en ir por allí y no hemos pillado tanto agua como ellos en el regato, pero hemos disfrutado mucho con el paseo, más corto que el que nuestros colegas hicieron. 

Hasta cerca de las 11,30 h. no hemos comenzado la marcha desde Abelón, y lo hemos hecho siguiendo este track que el amigo Pina dejó colgado en Wikilog tras su visita. 


Media hora más tarde, antes de llegar al desvío que baja hacia la cascada se deja ver la sierra Segundera nevada  por detrás de las lineas de alta tensión que suben desde la presa de Villalcampo.


Poco más tarde se deja ver el Duero y la desembocadura del Esla, aunque este último no se aprecie aún (en la foto se puede deducir por la distinta coloración que traen ambos ríos).


Un poco más adelante decidimos seguir por el camino principal antes de tomar el cruce hacia la cascada. Enseguida llegamos a la Peña la Campana,  mirador privilegiado sobre el Duero en un enclave donde la descomposición del granito aporta formas curiosas al paisaje.


Y quizás la más curiosa sea esta "piedra caballera" donde se pueden apreciar unos curiosos agujeros producidos por la erosión diferencial bajo la roca superior que pende sobre un solo apoyo sobre otra. 


Sobre las 12,15 h. volvemos sobre nuestros pasos en busca del cruce, aunque lo hacemos dando un pequeño rodeo que nos permite pasar por un par de puentes rústicos sobre la rivera que antes hemos cruzado a saltos. Estos recios puentes de lajas de piedra, típicos de la zona, se integran tan bien en el paisaje que hay veces que cuesta dar con ellos al confundirse con las rocas y los musgos que los rodean... 



Me quedo un poco rezagado para acercarme a otro "vista point" ya cerca del cruce y al llegar allí veo que la cascada queda muy cerca y se puede bajar en su busca sin volver, con lo que decido enriscarme un poco y unirme con el resto del grupo ya muy cerca de ella.


A las 13 horas nos encontramos ya en uno de los puntos álgidos del día, con menos de tres kms. recorridos y pocas ganas de caminar... Nos recreamos en las distintas perspectivas de la cascada del regato de la Cunca, que se precipita a pocos metros ya de su desembocadura en el Duero. Los restos de un  molino entre ella y el Duero, donde se mantiene una canal y el cubo donde se almacenaba el agua para moler son un complemento ideal en una zona muy atractiva paisajísticamente y fácilmente accesible.









Media hora después decidimos seguir la ruta en busca del mirador sobre la desembocadura del Esla con algunas protestas de los más menudos, que empiezan a tener hambre.

Nos llevará poco más de 10 minutos acercarnos allí y lo cierto es que es un lugar ideal para dar cuenta de nuestras viandas, con los restos de la ermita de San Vicente al lado. Un curioso campanario sin campana sobre una roca que parece ser que no tiene muchos años de vida queda muy aparente en este enclave.



Las vistas hacia el Esla son espectaculares, sobre todo en época de lluvias en que el Duero llega  vestido con el marrón arcilloso de la meseta y casi duplica su caudal con las aguas mucho más claras procedentes de las sierras leonesas y zamoranas.



Después de comer unos quedan jugando, otras sesteando y el amigo Paco y yo nos acercamos a unas rocas que se tornan en un mirador más que recomendable que abarca desde más allá de la cascada al Este hasta la desembocadura del Esla.









Sorprende la cantidad de gente con la que nos hemos cruzado durante la ruta. E incluso vemos también personas en los riscos del otro lado del Duero, donde éste se encuentra con el Esla.


Ya pasadas las 15 horas, con una calima cada vez mayor en el ambiente decidimos seguir la ruta. Después de hacerlo durante casi una hora sin senda clara, levantando incluso algún bando de perdices a nuestro paso, ya cerca de  contactar con el camino que llevó a Pina y compañía hacia la presa y los molinos de Moral de Sayago decidimos enfilar por otro hasta encontrarnos con la Senda del Duero, con objeto de regresar pronto a Salamanca.



Quizá mejor opción hubiera sido acercarse a los molinos, lo que no hubiera supuesto más de media hora, pero decidimos parar un buen rato en la zona conocida como la fuente del Moro, por donde pasa una rivera que retiene parte de sus aguas en una charca próxima. Alli se quedarán jugando un buen rato los más peques.




El último tramo del recorrido aún nos reserva alguna sorpresita como esta salamandra "momificada" por el paso de algún vehículo o el cruce con alguna bucólica rivera más.



Después de charlar con un paisano que nos pone al tanto de lo que fue y lo que es la zona llegamos a Abelón sobre las 17,45 h.


Cuando nos estamos cambiando junto a los coches, un pastor trae de recogida a su rebaño de ovejas, dejándonos esta última imagen para el recuerdo, con la calima ya tan densa que incluso deja hacer fotos con el sol de frente...


Como os decía al principio, una ruta cortita (no llega al final a los 11 kms.) pero de lo más agradecida.



2 comentarios:

  1. Cada día te superas.....La última foto me parece preciosa, además de bucólica y pastoril.

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  2. Y nunca mejor dicho... lo de pastoril. ¡Tú si que sabes subir la moral, Paquito! Muito obrigado!

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