miércoles, 24 de febrero de 2016

Bahía de Cádiz 06-09/02/16.

El último viajecito que nos hemos marcado ha sido parecido al que hicimos dos meses antes a la provincia de Huelva, en plan familiar y buscando el calorcillo del sur al "abrigo" de las buenas ofertas que hacen los "resorts" veraniegos en temporada baja.

En esta ocasión hemos elegido otro "Barceló playero", el de Costa Ballena, situado cerca de Rota y, curiosamente, también junto a un campo de golf. Por algo menos de 350 euracos nos ha sido posible disfrutar 3 noches de una amplia habitación y media pensión con un generoso buffet  dos adultos y dos peques; la relación calidad-precio óptima, diría yo.

Salimos de Salamanca sin prisas, como es costumbre, y sobre las 15 horas del sábado 6 ya estábamos en Jerez de la Frontera, que era el destino al que queríamos dedicar la tarde. Una ciudad más grande que Salamanca, con un casco histórico pequeño, que nos permitiría dar un paseo muy agradable de algo más de dos horas y media.

En algunas zonas se respira un ambiente colonial, y sorprende ese contraste entre las fachadas blancas y amarillentas de la mayoría de las casas, que no suelen superar las dos plantas, y las de piedra de los edificios más emblemáticos (muchos de ellos de piedra arenisca, muy erosionados, como suele suceder en las ciudades costeras o próximas a la costa).



Flor de azahar


Me gustó especialmente la plaza de la Asunción, con unas terracitas muy apetecibles (no en el día de nuestra visita, ventoso y nublado), con un rollo de justicia en el centro y un palacio renacentista con detalles arquitectónicos y escultóricos sobresalientes.



Y también la catedral y los alrededores, con buenas vistas sobre el resto de la ciudad. El acceso al interior es posible en un amplio horario, eso sí, después de pasar por taquilla...



Ya de regreso al coche fuimos testigos de que no es solo en Salamanca donde merece la pena entrar en Zara para disfrutar de una joya escondida del patrimonio urbano. Y es que el establecimiento jerezano se encuentra en un palacio cuyo interior sorprende gratamente al visitante.



Como nos pillaba casi de paso camino de Costa Ballena, quisimos acercarnos al atardecer a una zona pajarera cerca de Sanlúcar de Barrameda, en los límites de Doñana: el pinar de la Algaida y la laguna de Tarelo. Tardamos algo más de lo previsto en llegar allí, pasadas las 18,30 h., pero aún nos dio tiempo para observar una buena colonia de martinetes y garcetas en las orillas de la laguna de las que hice fotos, pero de muy mala calidad. Una pena no llegar media hora antes para buscar calamones, avetorillos y otras aves difíciles de encontrar cuando la luz del día va desapareciendo.


Llegamos al Barceló ya de noche y la primera cena de buffet nos sorprendió por la gran variedad de platos con muy buena pinta, que no esperábamos en temporada baja. La amplia habitación también estaba muy bien, y a la mañana siguiente pudimos comprobar que, aunque poco, se veía el mar desde su terraza, que daba directamente al campo de golf. Uno de los primeros placeres mañaneros, que entenderéis mejor los más pajareros, iba a ser la contemplación de una gran cantidad de fochas comunes pastando junto a sus lagunas a primera hora de la mañana, y la búsqueda de otros pajarinches como garcetas, currucas, buitrones etc...


El día 7 lo íbamos a dedicar a visitar el Cádiz carnavalero en uno de sus momentos álgidos, y pensábamos llegar a la Tacita de Plata en catamarán, dejando el coche en Rota. Un pequeño paseo antes de coger el barco nos permitió acercarnos a la playa roteña frente a la gran base naval americana.


 El mar no estuvo todo lo tranquilo que nos hubiera gustado, sobre todo a la ida, pero ello nos permitió alguna jugosa observación de alcas volando o descansando desde muy cerca.

También merece la pena el viaje en barco por las perspectivas que ofrece de la bahía y de la ciudad de Cádiz.



Sobre las 12,30 h., después de poco más de media hora de travesía nos encontrábamos en pleno centro de Cádiz, y nuestro primer destino iba a ser la plaza de la Catedral, a unos minutos a pie de la dársena donde nos dejó el barco. En la plaza había una poca de gente, como se dice por allí y podéis comprobar en las fotos.





Y es que es uno de los terrenos chirigoteros por excelencia... Aunque nosotros solemos huir de lugares donde hay tanta gente junta, especialmente si vamos con los peques, estuvimos un buen rato por la zona, viendo mucho y escuchando menos de lo que nos hubiera gustado, pues tienen mucho arte las letras que se cantan...





Algunos "mensajes" también nos llamaron la atención, como este recordatorio dirigido al alcalde en forma de pintada por algún gaditano sin reloj...


Y también me llamó mucho la atención que, sobre todo por la mañana, no había manera de separar las coloridas imágenes con que nos obsequiaban los viandantes con sus disfraces de sus móviles...




Sobre las 13,15 h. nos dirigimos por el "malecón" del Campo del Sur, con inmejorables vistas sobre el Atlántico y la zona de la catedral y sus aledaños, hacia la Caleta, una zona mucho más tranquila sin mucha gente. De camino encontramos un gran número de gatos junto a las gaviotas patiamarillas. Pensaba que éstos podían intentar pillarlas, pero lo que vi fue a una de ellas amenazar al gato que veis abriendo su pico y alas y obligarle a irse hacia atrás...






Decidimos acercarnos al castillo de San Sebastián, atalaya última sobre el océano a la que se accede por un bonito paseo con el mar a ambos lados, teniendo que correr un poco  para evitar las olas en algunos puntos.



Seguimos encontrando esa extraña mezcla (cada vez más frecuente) de disfraces y tecnología por todos los lados, incluso en el mirador último, donde decidimos comer los bocatas que habíamos traido. Tendremos la suerte de ver un alcatraz sobrevolando la zona, y posiblemente uno o dos págalos, aunque no esté seguro al 100%...


Las vistas desde el castillo hacia la ciudad merecen mucho la pena, sobre todo hacia la Caleta, con el castillo de Sta. Catalina muy cerca y el blanco inmaculado del antiguo balneario de la Palma destacando en plena playa.




Ya de regreso a la ciudad siguieron las jugosas observaciones, destacando algún charrán patinegro entre tanta gaviota, vuelvepiedras o cormorán grande y, sobre todo, un par de alcas a las que si que pillé con la cámara...

Cormoranes grandes y gaviotas patiamarillas
Charrán patinegro
Cormorán grande
Vuelvepiedras
Alca

Sobre las 16,30 h. nos encontramos de nuevo en pleno mogollón carnavalesco, coincidiendo con varias chirigotas y muy buen ambiente por las calles que recorrimos, Sagasta o Sacramento entre otras.










Y estas atraca-tivas socorristas brasileñas me dejan la foto del día...


Pasamos junto a la torre Tavira, una de las más altas de la ciudad, descartando subir a ella y ver la cámara oscura por razones de tiempo.


Como queríamos ver algo del desfile de carrozas y disfraces que acababa en Puerta Tierra, enfilamos hacia allá, llegando a la plaza de la Constitución sobre las 17,30 h. Al enterarnos de que todavía faltaba mucho para que llegara el desfile y después de descansar un buen rato seguimos por la Avenida hasta toparnos con él sobre  las 18,30. Como el catamarán salía a las 19,45 h. y había que volver, estuvimos viéndolo menos tiempo del deseado.










El lunes 8 madrugué un poco para acercarme a la playa durante antes de dar cuenta del copioso desayuno del Barceló. Había algo de calima, pero fue un placer  pasear por la playa desierta a primera hora de la mañana.



Gaviotas sombrías y reidoras



Decidimos acercarnos a Arcos de la Frontera por la mañana, y la verdad es que la visita a esta joya que forma parte de la llamada ruta de los pueblos blancos colmó nuestras expectativas, pues tiene mucho que ofrecer al visitante. No llegamos hasta mediodía a la que otrora fuera capital de uno de los reinos de Taifas, y después de asesorarnos en la oficina de turismo empezamos a perdernos por las empinadas calles de su casco histórico. Sorprende encontrar arcos uniendo casas en algunas de sus estrechas calles, y gusta también encontrar azulejos con citas poéticas locales. Parece ser que en Arcos han convivido y conviven poetas de gran renombre.




Al llegar a la plaza del Cabildo nos acercamos al balcón de Arcos, también conocido como del Coño, según nos han comentado por aquello de que cuando uno llega suele decir "¡Coño, que arto ehtá ehto!"... o algo parecido ;-)


En pleno balcón encontramos un montón de aves, la mayoría rapaces, y el señor que las muestra, que también tiene un suricato amaestrado nos comenta que podemos hacer fotos y coger un rato la que queramos, y si nos parece bien dejar algo para mantenerlas.



Disfrutamos un rato bueno allí y luego seguimos el itinerario que nos han recomendado hasta el mirador de Abades, entrando a ver de camino un bonito Belén que tienen montado de forma permanente en una casa del pueblo. De camino pasamos junto a algunos monumentos muy interesantes, como la basílica menor de Sta. Mª de la Asunción, construída sobre una mezquita, y con una fachada principal gótico-plateresca que nos recordaba a Salamanca. Muy próximos se encuentran el castillo, hoy residencia privada cerrada al público, el palacio del Mayorazgo, con bonitos patios columnados, o la Iglesia de San Pedro, con una torre parecida a la de la basílica pero con decoración barroca.







Sobre las 13,30 h. los peques tomaron un tentempié en el mirador de Abades y yo aproveché para visitar algo más del casco antiguo, acercándome a los miradores de Peña Vieja y San Agustín y dando la vuelta en la puerta matrera, la única que subsiste del recinto amurallado, muy transformada.



Puerta matrera

De nuevo todos juntos, sobre las 14,30 h. decidimos comer en la terraza de un restaurante sita en una pequeña plaza muy chula, y luego regresamos a por el coche, finalizando nuestro paseo por la zona histórica, más que recomendable.


Y antes de regresar a Rota nos despedimos de Arcos sobre las 16 h. viendo el tajo sobre el que se sitúan sus monumentos más emblemáticos desde abajo.


Una hora más tarde dejamos el coche en Rota para dar un paseo vespertino por las playas que separan esta localidad de Costa Ballena en busca de sus corrales de pesca, cerramientos artificiales con piedra ostionera sobre la zona rocosa intermareal, según rezaban los paneles informativos. Nada más llegar a la playa nos topamos el cadáver de un alca en avanzado estado de descomposición.


Con buenas vistas sobre la bahía, destaca a lo lejos el imponente puente de la Constitución de 1812, rebautizado con gran acierto como puente de la Pepa.


Llegamos a los corrales antes del atardecer, pudiendo comprobar que no solo los seres humanos se aprovechan en la bajamar de estas "trampas", sino numerosas aves entre las que se cuentan muchos vuelvepiedras, correlimos, archibebes o zarapitos. También se acercarán por allí muchas gaviotas y algunas garcetas comunes.


Correlimos tridáctilo



Disfrutaremos un buen rato de la puesta de sol y observando las aves, retornando sobre las 18,45 h. en busca del coche.


Garcetas comunes y archibebe claro


Zarapito trinador y archibebe claro
Garceta común



Y el martes día 9 de nuevo madrugué para acercarme a la playa, apuntándose el amigo David conmigo, y disfrutando de nuevo de un bonito amanecer.




Dedicamos la mañana a conocer algo del parque natural de la bahía de Cádiz, dejando el coche cerca del Puerto de Santa María y haciendo un recorrido por el parque metropolitano Marisma de los Toruños y Pinar de la Algaida. Recorrimos parte de la playa del río San Pedro y de las marismas que rodean al Caño de dicho río, acercándome yo hasta un mirador ornitológico al otro lado de un gran puente de madera que surca dicho caño Construido con dinero "europeo" en época de vacas gordas, añade un atractivo más a una ruta pedestre-ciclista que da mucho juego pajarero.

Cogujada común
Curruca cabecinegra





Archibebe común, correlimos comunes, chorlito gris, y zarapito trinador

En la playa se tienen muy buenas vistas sobre el puente de la Pepa, con sus 5 kms. construidos entre 2007 y 2015 que descongestionan el acceso a la capital provincial la mayor parte del año. Se pensaba inaugurarlo en 2012 haciéndolo coincidir el bicentenario de la "Pepa", perooo...



Correlimos tridáctilos



Sobre las 14,30 h. acabamos la "primaveral" marcha y tras comer unos bocatas en un paseo marítimo, retornamos rumbo a Salamanca una hora más tarde. Saludines a tod@s.


Tarabilla común