viernes, 8 de mayo de 2015

Cañón del Ebro y Canales del Dulla 01-02/05/2015.

El viernes y sábado pasado hemos compartido con otras familias salmantinas y alavesas un par de bonitas marchas por tierras burgalesas. Deberíamos haber sido una familia más, pero una mala caída y la operación de codo subsisguiente sufridas por uno de sus miembros redujo el número de "intrépidos aventureros".

Cañón del Ebro 01/05/2015.

El primer día lo dedicamos a todo un clásico como es el recorrido de parte de las hoces del Rudrón y del Ebro saliendo de Valdelateja hacia Pesquera de Ebro para regresar haciendo una circular por Cortiguera, pueblo hasta hace poco abandonado.

Sugerí al resto de familias acercarnos antes de la marcha a un paraje único situado muy cerca del punto de partida; se trataba del Pozo Azul, surgencia junto al pueblo de Covanera que toma ese color por la gran profundidad de sus aguas desde la superficie, en torno a los 9 metros. El paraje, con un pequeño circo alrededor es precioso, y muy interesante conocer lo que esconden sus aguas, al abrirse una gran grieta en el fondo donde comienza una cavidad subacuática por la que espeleobuceadores han explorado en los últimos 30 o 40 años más de 10 km. de distancia pasando por varios sifones y alternando zonas aéreas y subacuáticas a distinta profundidad.




La ligera llovizna que nos acompaña en nuestra visita al Pozo Azul no nos molestará durante la marcha, que iniciamos en Valdelateja una hora más tarde de lo previsto, bien pasadas las 12,30 h. El camino, bien señalizado se convierte enseguida en un sendero que deambula junto al Rudrón primero y junto al Ebro poco después, sin apercibirse el caminante del cambio de río, al alejarse algo de la ribera justo en el lugar en que ambos ríos unen sus aguas.

Los farallones rocosos impresionan desde la salida y en poco más de media hora (unos 50 minutos con peques y sin prisas) se llega a una "fabrica de luz", la central hidroeléctrica "El Porvenir", donde un puente peatonal hace que el camino cambie de margen del río.


Veo desde el puente moverse algo en un aliso y al acercarme me topo con una ardilla roja que me observa sorprendida desde las ramas más altas.


Paramos a comer junto a la central y sobre las 15 h. continuamos camino a Pesquera pasando pronto bajo un mirador existente junto a la carretera que sigue el cañón por la zona alta.


Ahora nuestro camino va más pegado a la orilla del Ebro y ya cerca del pueblo el valle se abre ofreciendo una perspectiva más amplia.





Sorprende la calidad de los blasones, profusamente decorados, que encontramos en Pesquera, de finales del s. XVII y principios del XVIII, como sucede también con el crucero que hay junto a la iglesia.




No puede faltar una fotillo a una conocida inscripción de 1712 que ha hecho correr inta en busca de una explicación a su contenido: "Jesús María, ésta es casa de placer y la gente de alegría, Ave María"...


Aquí se quedan varias madres y peques, y poco antes de Cortiguera los conductores que tienen que regresar a por la tropa se adelantarán para recuperar los coches.

Tras cruzar el puente sobre el Ebro y dejar la ermita que hay junto a él a nuestra izqda. seguimos un pequeño tramo de no más de 300 m. de la carretera que se dirige a Dobro y un hito indica el sendero que nos llevará hacia Cortiguera. Pronto pararemos un rato para observar con los prismáticos un halcón que grita desde los altos farallones que hay a nuestra izqda. Nos tocará esquivar en el camino un par de árboles que han caído sobre el sendero.




Antes de Cortiguera pasamos junto a una nueva surgencia junto a la que quedan restos de lo que debió ser un molino que buscaba aprovechar el naciente.


Llama la atención la gran cantidad de cardadores (milpies) que encontramos por la zona, no tan frecuentes por tierras salmantinas. Esa posición de "caracol" que adopta ante el peligro protege en su interior esa gran cantidad de extremidades que tienen (no sé si lo apreciaréis en la foto...).




Las dos familias que quedamos paramos a merendar en Cortiguera, y nos topamos con curiosidades como una "cirila" cubierta de césped, gran cantidad de muros cubiertos de vegetación o la casa junto a la que descansamos, con las losas de lo que seguramente iba destinado a ser labrado para mostrar el escudo en su portada principal; junto a esta casa vemos el letrero de la "escuela pública" en la esquina de la adyacente. Mejores tiempos con niños correteando por esa misma calle debieron contemplar estos muros...







Junto a una fuente y un lavadero encontramos el llamado "Palacio" que ha sido recuperado no hace mucho tiempo, y que nos muestra otro par de bellos escudos, uno de ellos escoltado por dos rostros humanos y dos leones que tienen "gente" bajo sus garras. Si alguien sabe del significado que nos lo cuente.., y lo mismo respecto al porqué de colocar herraduras "clavadas" en los sillares de casas "pudientes" que también hemos visto en Pesquera, a más de 3 m. de altura...




Ya de nuevo en ruta, poco después de "afotar" una hembra de pinzón vulgar  y superar algún que otro obstáculo en el camino pasamos junto a un quejigo centenario.





El último tramo del camino es seguramente el más bonito, al acercarse al cañón del Ebro por arriba y permitirnos contemplar vistas espectaculares, sobre todo poco antes de iniciar la bajada a Valdelateja, con un gran meandro que parece aislar la meseta que rodea. Buitres y algún alimoche salen de los farallones que ahora tenemos bajo nuestros pies.






Y para rematar una gran jornada incluso el sol se deja ver tímidamente y, al llegar el desvío para bajar a Valdelateja por un sendero en zig-zag, ante nosotros se muestra la impresionante mole caliza de la peña de Castrosiero, cuyo aspecto inexpugnable explica bien por qué instalaron en ella puestos de vigilancia los romanos, o por qué el pueblo de Siero, despoblado cerca de su cumbre hoy en día, fue cabeza de alfoz en los comienzos de la repoblación de las Merindades.


Casi a nuestra altura antes de que iniciemos el descenso se distingue en su cumbre la ermita tardovisigoda de las santas Centola y Elena, del s. VIII. Aunque cuesta creerlo viendola desde allí, es "fácilmente" accesible por un camino desde Valdelateja, a menos de 500 m. en linea recta pero con 200 m. de desnivel de diferencia...





Curiosas las colmenas "embutidas" en los muros de una casa que encontramos ya en el pueblo, hoy sin explotar probablemente por no dejar la legislación la instalación de estos aprovechamientos en cascos urbanos.


Desde el pueblo Castrosiero parece más accesible, aunque sigue siendo un bastión difícil de tomar...


Son las 20,30 h. y se ha hecho tarde para llegar a tiempo a cenar en Espinosa de los Monteros, en cuyo albergue pasaremos la noche... Menos mal que no hay problema  y nos dan de comer cuando llegamos después de más de tres cuartos de hora de coche allí... Con el hambre que traemos...

Se me olvidaba lo más importante, en este enlace podéis conseguir el track y/o ver en el mapa la ruta que seguimos...

Canales del Dulla 02/05/2015.

Descartamos una posible ruta por hayedos desde Espinosa y nos dirigimos a Villamartín de Sotoscueva para conocer las llamadas canales del Dulla. Ando haciendo experimentos con el móvil desde que el amigo Isaac me recomendara a través de este mismo blog la aplicación gratuíta Oruxmaps, y tenía bajados mapas y tracks de la ruta de ayer y de la de hoy. Ayer nos vino muy bien, pero hoy no se corresponde exactamente con la documentación que trae Adolfo; como en ambos casos se pasa por Quintanilla Valdebodres, nos será útil en la zona más agreste.

Cometemos un pequeño fallo poco después de iniciar la ruta por culpa de un poste indicativo que confunde al personal (y por exceso de relajación), dirigiéndonos a Quintanilla por el valle que sigue uno de los canales o cañones en vez de subir primero. Eso hace que tengamos que separarnos los más "machotes" (Lucía entre ellos ;-)) del resto antes de comer y no a última hora como pensábamos hacer para estar juntos casi todo el día. A la postre resultó ser mejor opción la que hicimos, pues los niños disfrutarán un montón en Quintanilla y se acercarán a la cascada de la Mea (sin apenas agua por no haber llovido mucho) antes de bajar a Puentedey, donde nos esperarán a última hora de la tarde.



Jugosas observaciones como la de un pito real junto al camino, orquideas varias, la larva de tritón que podéis ver o varios fósiles y sus moldes. Sorprende también la gran cantidad de arañas con abdomen blanco que corretean entre los cantos rodados del arroyo.





Cerca de Quintanilla un letrero informativo y una reconstrucción nos recuerda la importancia que tuvo el carboneo por aquí en tiempos no muy lejanos. Y ya en el pueblo nos encontramos una nueva surgencia conocida como el Pozo del Infierno. La cueva inundada se inicia con un sifón de más de 100 m. que deja paso a una serie de galerías aéreas que, a su vez conducen a un nuevo sifón explorado parcialmente según he podido leer. Justo bajo la surgencia se ha recuperado un bonito molino y en el pueblo se pueden ver buenas muestras de arquitectura popular. Varias lavanderas cascadeñas andan por allí acopiando insectos en su pico, supongo que para llevar al nido.




Es aquí donde nos separamos en dos grupos decidiendo los cinco "conductores" que continuamos la ruta avanzar lo que podamos antes de comer, al tratarse del tramo de mayor subida, desde los 650 m. del pueblo hasta el puerto situado a unos 1050 m.


Vemos algunos grandes desprendimientos de rocas desde las zonas altas de los cantiles.


Comeremos poco antes de llegar al puerto y una vez allí me acercaré rápidamente a ver alguna de las otras canales, similares todas ellas a la que hemos seguido en nuestro ascenso; y es que el camino señalizado que estamos siguiendo no se corresponde con el track que traigo en esta zona, que podéis ver en este enlace, al seguir la crestería por arriba en vez de bajar a la otra vertiente, como haremos nosotros. En cualquier caso, las vistas de las canales son espectaculares desde donde nos encontramos.




Alguna jugosa observación también degustamos, como la de esta curiosa polilla o la de un bando de chovas piquigualdas primero y varias chovas piquirrojas después. También hace su aparición de nuevo el alimoche e incluso un águila real.





Nos llama la atención cómo las distintas especies vegetales y el distinto tamaño que alcanzan siguen las lineas marcadas por los pliegues del terreno en el valle que hay a nuestros pies, y lo cerca que nos encontramos de las montañas del Alto Campoo.



Y también nos choca la forma de una cueva, que Antonio llama "del dragón" al parecer salir de ella un extraño animal serpentiforme...


Bordeamos el acantilado cuya zona más elevada se encuentra a 1143 m. en el llamado Cerro de la Muela o Pico Dulla y, tras recrearnos observando los caballos que pastan por los alrededores, seguramente de la autóctona raza losina, enfilamos de nuevo al pueblo que nos vio partir antes de las 11 de la mañana. Y llegaremos a los coches sobre las 17,30 h. tras descartar acercarnos al "Ventanón", que dejamos a tan solo 1000 m. y con un gran cerro muy fotogénico que se yergue frente a nosotros.







En este mapa podéis ver en rojo la marcha que hicimos y en naranja la que llevaba yo en el teléfono:


Tras recuperar los coches nos dirigimos a Puentedey, precioso pueblo donde nos espera el resto de la "tropa" Allí nos despediremos del resto de familias al tener decidido nosotros seguir ruta hasta Lerma, no sin antes deleitarnos con un paseo por el pueblo, cuya iglesia tiene un curioso relieve de tradición románica en el tímpano de la portada representando toscamente a un guerrero luchando con un monstruo serpentiforme. ¿Tendrá algo que ver con el monstruo de la cueva que vimos Antonio y yo, hoy en día petrificado? ;-0


Si pasáis por Puentedey vale la pena también acercarse a la gran casa-palacio que hay junto a la iglesia donde se intuyen aún las almenas a pesar de haberse cubierto ambas torres con un tejado y,  sobre todo, es todo un placer contemplar y recorrer el "puente de los dioses" que dio origen al topónimo del pueblo y hace parecer pequeñas las casas que descansan sobre él...



Nubes lenticulares vienen a despedirnos antes de partir hacia la villa ducal de Lerma. No tardaremos en volver por esta zona que tiene mucho que ofrecer al caminante...






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