viernes, 24 de abril de 2015

Una semana en Barcelona 29/03 a 04/04/15

Bueno, una semana tampoco ha sido, pues como Salamanca queda un poco lejos, los días "aprovechables" se han quedado en seis.., sobre todo tras frustrarse la visita vespertina del domingo al parque del laberinto de Horta, muy próximo al "Hostel" donde ibamos a alojarnos. Parecía una buena opción para que disfrutaran los niños después del largo viaje. Nos relajamos un poco tras dejar maletas y demás enseres antes de ir para allá, confiados en que el cierre era a las 22 h. (nunca os fiéis al 100 por 100 de lo que encontréis en internet...), y resultó ser a las 20 h., justo cuando llegamos allí... El laberinto de setos tenía muy buena pinta, y  los domingos es gratis...

Lunes 30 de marzo.

Este día lo pensábamos dedicar a conocer el casco histórico y la zona de la Ciudadela y playas. Antes de las 10,30 h. no íbamos a conseguir salir ningún día del Hóstel, pero la cercanía de un par de estaciones de metro nos ha facilitado mucho la llegada a nuestros objetivos diarios. Si vais por allí en un grupo más o menos numeroso como el nuestro (seis adultos y cinco niños) es recomendable adquirir bonos de 10 o 70 viajes, válidos para distintas personas y días.

Tras desayunar nos costó un poco que los peques dejaran nintendos y demás cacharritos, y nos echamos unas risas en la mini-terraza del hostel.


Ya en el centro, nos dejamos perder primero por el barrio gótico, saliendo casi sin querer al paseo de Gracia, donde aprovechamos para ver la entrada del Liceo y conocer el mercado de la Boquería.


De nuevo en el barrio gótico, nos acercamos a la catedral, donde decidimos no entrar aún, al informarnos de que por las tardes la entrada es gratis. Me sorprendieron unas bonitas esculturas (que no gozan de un espacio acorde a su calidad, dicho sea de paso) al lado de la plaza donde se encuentra su portada principal. Os dejo la foto de una de ellas.


Luego, espoleados por las demandas de los más pequeños, nos dirigimos a buen ritmo a la zona de la Ciudadela en busca de un buen parque donde hincar el diente a la primera tanda de bocatas y similares que acostumbran a ser nuestra comida principal en este tipo de viajecillos. De camino hacia la Ciudadela pasamos un buen rato junto a  una tienda especializada en "caganers" con varias vitrinas donde una gran cantidad de figuras mediáticas adoptaban la típica posición semiinclinada. También me llamó la atención el balcón de la foto, que me recordaba otros de Oporto o Madrid, también con maniquíes como protagonistas.., aunque éste contaba también con banderas de oración tibetanas ¿?


Al llegar a la Ciudadela me vino a la cabeza el Retiro madrileño, y me sorprendió la auténtica plaga de cotorras argentinas que se va extendiendo por toda la ciudad.



Intrigado al ver que una de las glorietas del parque estaba dedicada a una transexual, la lectura del cartel informativo junto a ella me recordó el salvaje asesinato de Sonia en 1991 por un grupo de neonazis, motivo de esta dedicatoria.


Bonitas esculturas en el parque y también curiosidades arquitectónicas que vienen de la exposición universal de 1888.



Decidimos acercarnos a pasar la tarde a la zona marítima, paseando por el puerto deportivo y la zona de playas después de comer. Me llama la atención un estornino pinto, especie que no se deja acercar tanto por nuestras tierras...


Al atardecer nos encontramos recorriendo las playas que tanta vida han traído a la zona desde hace poco más de veinte años. Cerca del "Peix", original escultura entre el mar y las dos torres más altas de Barcelona con 154 m., me sorprendo a mi mismo con una "street-photography" en la que buscaba el contraste de dos gemelas exhuberantes entre un aparcamiento de bicis públicas y la renovada zona turística, y se añade la mirada cómplice de un turista "al móvil" que pasaba por allí... ;-0






Decidimos entonces acabar el día acercándonos a la torre Agbar, inaugurada en el 2005 y que en solo 10 años se ha convertido en uno de los iconos de la ciudad condal. Acercándonos por una avenida que la separa de la zona de playas, la iremos viendo primero sin iluminar y ya de noche en todo su esplendor.



Martes 31 de marzo.

No cogemos el metro en el día de hoy, pues tenemos idea de comenzar el día acercándonos al mirador del Turó de la Rovira, donde se encuentran los restos de una antigua batería antiaérea construída en la Guerra Civil para defender la ciudad de los bombardeos. Y hoy si que tenemos suerte pues, tras la subidita en cuestión, coincidimos con la reapertura del mirador, a cuyo acto de inauguración asiste el alcalde de Barcelona, entre otras autoridades. Las luces no son las mejores hoy, ni el momento del día es el más apropiado, salvo en la orientación hacia el Tibidabo, pero la vista es impresionante de todos modos.






Después de un buen rato nos dirigimos hacia el Parque Güell, hasta hace poco abierto a todos los públicos y ahora de pago en las zonas más "gaudianas". Alucinamos un poco al llegar a la zona, bastante apartada del resto de atractivos turísticos, pues nos dicen en la cola para pagar la entrada que tenemos que esperar dos horas y pico pues hasta entonces está completo el aforo. Como nos coincide la hora de la comida, comemos entonces, y disfrutamos también de la música clásica que ofrece un buen cuarteto cerca de allí.

Ya en la "zona de pago" disfrutamos de rincones espectaculares nacidos en la mente del genio Gaudí como el bosque de columnas, esos pasillos de columnas y muros inclinados tan originales o el uso tan peculiar del mosaico en muros y tejados...






Sobre las 18,30 h. tomamos un autobús, cuyo súbito arranque aprovecha el amigo Guille para mostrarnos que sabe volar... casi, que nos deja en la avenida que separa el Hospital de la Santa Creu de la Sagrada Familia, edificios ambos modernistas y patrimonio de la Humanidad (como el parque Güell).



Nos acercamos primero al Hospital coincidiendo, como no, con la hora de cierre, y después a la Sagrada Familia, imponente a pesar de su aspecto siempre "provisional" con andamios por todos los lados. No creo que esté acabada el el 2026 como dicen las previsiones, pero con una portada principal de la que aún carece y una torre de 170 m. en medio de una zona de casas "bajas" y dentro de una ciudad como Barcelona, no me estrañaría que este templo se conviertiera en el monumento más visitado del mundo.




Como en otras obras de Gaudí, es muy recomendable buscar detalles como esas "cuevas" que esconden conjuntos escultóricos recreando episodios bíblicos o esa puerta que nos recuerda el Padre Nuestro.






Nos despedimos de la Sagrada Familia entre dos luces, después de visitar la cripta, donde se encuentran los restos del genio, y nos dirigimos hacia otra de sus obras más conocida,  la casa Milá, más conocida como la Pedrera. Lo hacemos con idea de ver su fachada de noche y tomar ya el metro de vuelta a casa.


Miércoles, 1 de abril.

Comienza el día con un "pequeño" sobresalto, al tener que cambiar los coches de lugar de aparcamiento por,  parece ser, el cambio trimestral de lado de aparcamiento en muchas de las calles de la zona y empezar a llevarse las grúas coches por la zona...

Decidimos dedicar el día a seguir un recorrido "modernista" por "l'Eixample". Pasaremos por delante de obras muy conocidas de Gaudí, como la casa Batlló o la Pedrera, pero también por otros edificios sobresalientes como la casa Ametller o la de los Pinchos.







El problema surgirá, "comme d'habitude" cuando el hambre apriete a los más menudos, pues es difícil encontrar espacios verdes en estas regulares manzanas en el Plan Cerdá de ensanche de mediados del siglo XIX. Comeremos en la plaza de Urquinaona, cerca de la de Catalunya y, después de las viandas nos llevará el amigo Guille a una exposición de la que tuvo conocimiento vía Internet sobre la vida cotidiana conectada tecnológicamente. Las demostraciones en una maqueta con zonas conocidas de Barcelona, construída con piezas de Lego, y en otras partes de la exposición hicieron las delicias de pequeños y grandes; la vemos a placer, casi solos, y al final les regalan a los peques unas gorras y unas mochilas.


Luego seguimos con nuestro "tour modernista" y, cuando empezamos a saturarnos un poco, enfilamos por el Paseo de Gracia a la Plaza de Cataluña y a la "concurridísima" zona de las Ramblas, descansando un rato en la Plaza Real, que recuerda vagamente a nuestra Plaza Mayor, y acercándonos al Palacio Güell, otra joya de Gaudí.





Acabamos en la estatua de Colón y la zona del puerto. Parte de los expedicionarios parten a ver a unos conocidos y el resto nos acercamos por la "Ciutat Vella" a la impresionante iglesia de Santa María del Mar tras sufrir una pequeña "clavada" por unas consumiciones en un bar que nos pilla de paso. Me llama la atención un pebetero que recuerda a las víctimas del sitio de Barcelona en 1713-14 junto a la iglesia, cuya llama contrasta con un cartel publicitario iluminado en la misma plaza.




Jueves, 2 de abril.

Decidimos por mayoría acercarnos al Camp Nou, dando un garbeo por sus alrededores y visitando una gran tienda dedicada al Barça. Luego nos vamos de nuevo a la playa para comer, jugar y siestear. Desde allí volvemos a Santa María del Mar, visitando también su interior.




Decidimos después acercarnos a la Catedral aprovechando la gratuidad de las entradas vespertinas. Casi se nos escapa visitar el claustro, donde reside un grupo de trece ocas, tantas como, según la tradición, años tenía Sta. Eulalia cuando fue martirizada.





Tras la visita a la catedral vamos en busca de una joya modernista que se nos había escapado, el Palau de la Música Catalana. El exterior es espectacular, y lo poco que logramos ver del interior (es tarde, como no, para visitas turísticas) también.


Como pilla cerca, nos acercamos a ver la portada de una de las primeras obras de Gaudí, la casa Calvet, en la que se deja ver ya su inconfundible estilo y, tras entrar a ver un "Hostel" céntrico ubicado en el ensanche, acabamos en el Arco del Triunfo, creado como puerta de entrada a la exposición universal de 1888.



Viernes 3 de abril.

Y de expo a expo... Este día nos moveremos sobre todo por los lugares que acogieron las otras dos grandes exposiciones que han tenido lugar en Barcelona, la internacional de 1929, con el Palacio de Montjuic y la Fuente Mágica como platos fuertes, y la "expo-olimpiada" de 1992. Decidimos coger el metro hasta la estación de Sants, donde no se nos logra que los peques vean algún "Ave", pero sí que disfruten un buen rato en los toboganes del dragón del parque de la España industrial que se encuentra al lado.


Luego nos dirigimos al parque Joan Miró, con una de las esculturas de mayor tamaño realizada por el artista. Ésta forma parte de una trilogía ideada por Miró para dar la bienvenida a los visitantes de Barcelona por tierra, mar y aire. Las otras dos son un conocido mural que hay en el aeropuerto y una escultura que hay entre las ramblas y el puerto.


Nos acercamos entonces al centro comercial "Las Arenas", antigua plaza de toros reconvertida, y subimos a su amplio mirador con vistas privilegiadas sobre todo Montjuic.



La mañana nos llevará primero por una amplia Avenida que culmina en el Palau Nacional, pasándoselo bomba los peques haciendo pompas gigantes primero y en las atracciones culturales del Caixa Forum después.





Comeremos en el "Poble Espanyol", que cuenta con una zona de picnic habilitada en su interior. Visitamos con calma el "pueblo" a continuación, con tiempo para echar un partidito al fútbol en la plaza mayor algunos, como debe ser.., aunque solo hasta que responsables del recinto recuerden a los peques que aquí no se juega... ;-(


Entramos también a ver una interesante exposición permanente de arte moderno y nos sorprende un taller de vidrio donde un artesano hace figuritas de animales de colores con gran maestría.


Desde el "Poble" nos vamos atravesando una zona con distintas instalaciones deportivas hacia los amplios espacios donde se ubica la torre de Calatrava, el estadio olímpico y el palau de San Jordi.




Ya en las instalaciones del Palau Nacional vemos que las fuentes han dejado de funcionar y una gran cantidad de gente ya está a la espera de que empiece el espectáculo nocturno de luz, agua y sonido a las 21 horas (seguirá hasta las 23 h., como todos los días de jueves a domingo a partir de este mes, si mal no recuerdo).


Y como ya son más de las 20 horas, decidimos acercarnos de nuevo a la ex-plaza de toros para cenar en algún sitio. Decidimos hacerlo en un Italiano, y tras degustar pizzas y lasagnas varias sobre las 10 de la noche salimos en busca del espectáculo de las fuentes de noche. La verdad es que resulta impresionante acercarse de nuevo por la Avenida hacia la Fuente Mágica, lugar donde paramos para oir mejor la música.




Decido apartarme del grupo en busca de una zona elevada para hacer mejores tomas "nocturnas" con ese pedazo minitrípode que poseo. Después de un buen rato bajo en busca del resto del grupo, pero no los encuentro donde los dejé. Como no dispongo del móvil empiezo a dar vueltas por la zona y, tras un buen rato, decido acercarme a la estación de metro más próxima, desde donde teníamos intención de volver a casa, por si acaso ya se han ido allí y están esperando. Tras un intento infructuoso de contactar con un móvil ajeno decido seguir y entrar en el metro y, ya allí, de nuevo me dejan amablemente un móvil y consigo contactar con el resto, que aún se encuentra en las fuentes esperando que aparezca yo... El inciso queda ahí y tras una pequeña espera regresamos todos juntos al Hóstel.





Sábado 4 de abril.

Decidimos quedarnos en la ciudad en plan tranquilo después de descartar las opciones que nos podían haber llevado a Montserrat y/o Sitges. Por la mañana nos acercaremos a la conocida fuente de la Canaleta y disfrutaremos de buenos músicos ambulantes en la zona de la Caedral y pasearemos de nuevo por la Ciutat Vella camino de la zona de las playas, donde comeremos de nuevo, con juegos y siestas de postre...


  Por la tarde nos acercamos de nuevo a la zona del puerto, topándonos con otra de las obras de la trilogía de Miró de que ya os he hablado (en este caso, dedicada a los que vienen por mar).




Y tras una pequeña separación de las tres familias para ir de compras regresamos al Hóstel, no sin antes parar en el bar "Amparito", próximo a la salida del metro, donde nos sorprenden unos buenos pinchos que además están muy bien de precio (una pena descubrirlo el último día...).

El día siguiente nos despedimos ya por la mañana de Barcelona y desde el coche en marcha hago esta última foto "en marcha" del macizo de Montserrat, que esperamos visitar en nuestra próxima visita a estas bonitas tierras.