jueves, 26 de febrero de 2015

Una de pajarinches por Salamanca, Mérida y Sevilla...

Como sabéis los habituales del blog, el parque de los Jesuítas de Salamanca es un lugar por el que tengo la suerte de pasar con mucha frecuencia y, hace un par de domingos, en una fría mañana me fui para allá con los "prismas" y la cámara a ver "pajarinches". Esperaba poder "pillar" algún picogordo, pues entre semana había visto varios después de más de año y medio sin encontrarmelos por estos lares (tampoco es que haga un reconocimiento exhaustivo sobre su presencia, la verdad). Vi un bando de 5 o 6, y también algún zorzal común. También se dejaron ver pinzones vulgares, gorriones comunes y molineros, petirrojos, estorninos.., y mirlos a mansalva, como de costumbre. Os dejo una fotillo de un picogordo, un par de ellas de un zorzal y una  de una pareja (macho y hembra) de verderones comunes; me chocó que estos últimos se dejaran acercar tanto...





Una semana después me pedí un par de días y pasé el "puente de Carnavales" con la familia en tierras sevillanas. Aprovecho la coyuntura pajaril para incluir algunas fotillos de las "jugosas observaciones" con las que nos obsequió la Madre Naturaleza entonces, aunque espero subir más fotillos de esos días en breve. De camino a Sevilla paramos en Mérida a descansar un rato, y decidimos acercarnos a la zona del puente romano, donde la última vez que estuvimos pudimos ver pájaro moscón y calamón, entre otros. Esta vez no apareció el primero pero, a pesar de estar aún a mediados de febrero, si que lo hizo el calamón. Además, gracias a la vista privilegiada del pequeño David, también dimos con un avetorillo. Solo puedo dejaros "cutre-fotos" de ambos avistamientos, junto a otras de un cormorán grande secando sus plumas de ese modo "prehistórico" que los caracteriza, y una de las muchas gallinetas (pollas de agua) que se dejaron ver. Tanto por el río como en el centro de la ciudad también vimos ya varias golondrinas...





Ya en Sevilla dedicamos una mañana a pasear por ese sitio mágico, especialmente para los aficionados a la ornitología, que es la "Cañada de los Pájaros", cerca de Puebla del Río (y de la Isla Mínima, tan nombrada últimamente...). Un lujo, estábamos solos. Subiré más fotillos en unos días pero os dejo una de un calamón de allí, para que aprecieis mejor que en la "cutre-foto" de Mérida la belleza de la especie,  y de una garcilla cangrejera en una posición que recuerda a un avetorillo, aunque la garcilla es mayor y el plumaje, a pesar de no lucir aún todas sus galas veraniegas, varía bastante (que me perdonen los especialistas...).




Bueno, también incluyo una de un zorzal charlo, parecido al común fotografiado en Salamanca, por si queréis aprovechar para ver las diferencias más llamativas (las pintas del charlo, ave de más tamaño, tienden a tener una forma redondeada, mientras las del común tienen forma de punta de flecha, el charlo tiene una apariencia más "altiva",  la cola más larga y una curiosa mancha oscura a un lado del pecho...).


Por último, la observación más jugosa del puente, precisamente en un puente o, mejor dicho, en la pasarela de la Expo, en pleno casco urbano sevillano; se trata de un águila pescadora cuya silueta ya podréis distinguir si aguzáis la vista en la primera foto hacia el puente de la Barqueta (en el centro, donde la nube blanca). Cuando hice esa foto no me había percatado aún de su presencia... Luego pasó por encima de la pasarela y pude hacer la segunda foto, donde se distingue relativamente bien (aunque no tanto como a mí me gustaría, pero es lo que hay, ja, ja ;-))



viernes, 20 de febrero de 2015

Integral de Quilamas "por dentro". 29/01/2015.

Nos quedaba un día libre perteneciente a 2014 y debíamos disfrutarlo antes de finales de enero, con lo que el amigo José Ángel y yo decidimos escaparnos "al monte" con su encantadora perrita llamada Duna, que a pesar de ir atada no daría ni un ladrido de protesta durante todo el recorrido. Como era día de escuela, tras dejar a los peques a las 9 de la mañana, quedamos para acercarnos a Valero con idea de rodear el valle lo más alto posible, pero por dentro, opción mucho más atractiva que hacerlo utilizando las pistas que bordean este espacio protegido. José Ángel ya lo había hecho hacía tiempo y dudaba del estado de algunos tramos, por lo que íbamos mentalizados de posibles enriscamientos, aunque con la garantía de llevar la ruta en GPS.

Tras dejar el coche cerca del puente de Valero nos dirigimos a un sendero que parte de una cerrada curva de la carretera que baja desde San Miguel de Valero. Cuando son las 10,30 h. es allí donde dejaremos de ver gente hasta nuestro regreso por el camino de la Paya, tras ocho horas y media, con cerca de 35 km. andados y unos 1500 m. de desnivel acumulado.




Pronto empiezan las sorpresas que me tiene preparadas José Ángel al llegar la primera bifurcación del camino y no saber muy bien que alternativa coger. Nos decidimos por tomar la de la izqda. y pronto nos tocará hacer de "jabalíes" para enlazar con el sendero que se encamina hacia el Hueco (quizá sea el de la drcha. que no cogimos...). Nos espera la grata sorpresa de encontrarlo desbrozado, seguramente por motivos cinegéticos, en los tramos donde antes casi se perdía...



Hacia el mediodía nos encontramos en la cuerda, con buenas vistas hacia la Sierra de Béjar (no demasiado buenas en el nublado día de hoy y con el sol casi de frente a estas horas), San Miguel y Valero. Siguiendo la premisa de buscar senderos que no se salgan del valle, seguiremos a media ladera, sin acercarnos al Hueco ni al pico Cervero. Pasamos junto a un cartel divulgativo en la zona de Castildecabras sobre las 12.45 h. y seguimos en compañía de numerosos buitres, muchos de ellos negros, en un tramo con vistas espectaculares hacia el valle hasta llegar a la zona conocida como Pocilgas de la Novata, donde quedan algunos restos de tapiados y alguna construcción. Aquí el camino empieza a complicarse y nos toca luchar con jaras y escobas durante un buen tramo.










Volvemos a encontrar el camino más o menos limpio en un canchal sobre las 14 h. y éste nos conduce hasta uno de los puntos más altos de la travesía, superando los 1300 m. (Valero queda a unos 580 m.). Nos encontramos en una collada en la que se encuentra un horno de cal restaurado. Decidimos no parar a comer aún y seguimos por una pista que va cerca de la cuerda pero por la otra ladera, paralela a la que desde la Bastida se dirige al encuentro de la que desde Navarredonda va a Linares. La zona, en umbría, parmanece aún blanca en muchos tramos por las nevadas caídas la semana anterior.



Pronto volvemos a entrar en nuestro valle por Peña Venero y comemos cerca de una fuente sin bajar hasta ella para ahorrar tiempo. Sobre las 15.30 h. reanudamos la marcha y entre nieblas un bonito sendero nos lleva bajo las peñas de la Bolanca, que esconden la enigmática cueva de la Mora, hasta una zona más bien llana por donde se accede a Quilamas desde la Bastida.





Tomamos nuevamente una pista con poco desnivel que nos facilitará mucho el camino hacia la zona del Castillo, dejando a nuestra izqda. muy cerca la Bastida y Cilleros de la Bastida. Se nos cruza en el camino una bonita oruga a la que no auguramos buen futuro... Y es justo al alcanzar los 1300 m. cuando dejamos la pista (que nos llevaría a San Miguel del Robledo pasando junto al Codorro) para acercarnos a una pequeña caseta forestal, bajar unos 100 m. de desnivel y subir unos 150 hasta las inmediaciones del Castillo.






Ya son cerca de de las 17.30 h. y todavía nos queda un buen tramo, con lo que rápidamente buscamos con la ayuda del GPS las veredas que nos bajen camino de Valero y enfilamos la bajada justo cuando la proliferación de nubes bajas empieza a hacer más fotogénico el paisaje.







Nos daremos más prisa en este último tramo buscando encontrar la noche lo más cerca posible del pueblo. Entre dos luces llegamos al camino que viene desde el arroyo de la Palla, justo en el momento que empieza a llover de forma más persistente. Tras un resbalón que me dejará un buen moratón en un costado, llegamos a Valero pasadas las 7 de la tarde, encontrando repleto el bar donde tomaremos unos merecidos refrigerios. El pueblo está en fiestas y eso se nota. Tras comprar un buen tarro de miel de encina nos despedimos de estas bellas y agrestes tierras de Quilamas.


martes, 10 de febrero de 2015

Ascensión "lenticular" al Cabeza Nevada 25/01/2015

Después de las primeras nevadas copiosas por nuestras montañas más próximas he tenido la suerte de compartir con los amigos Paco, Manolo y Luis una marcha invernal "como las de antaño". Han pasado ya dos semanas desde entonces en las que la nieve ha seguido acumulandose y es posible que las montañas estén más espectaculares, si cabe pero ese día tuvimos la suerte añadida de asistir también a uno de esos espectáculos únicos que nos ofrece la naturaleza de vez en cuando... En este caso fue la contemplación de numerosas nubes lenticulares sobre las cimas nevadas, que he fotografiado lo mejor que he podido... La marcha era larga y me tocó ir a remolque "fotográfico" tras mis compañeros de aventura. Los cerca de 25 km. de pateo con un desnivel de unos 1300 m. y la nieve blanda no dejaban hacer muchos descansos, pero la sola contemplación de imágenes como ésta compensa cualquier esfuerzo, ¿no os parece?


A las 7.30 h. salimos de Salamanca rumbo a Navalperal de Tormes, dejando el coche en el pueblo por haber ya por aquí nieve y no saber el estado de la carretera que baja hasta el puente sobre el Tormes, desde donde se suele comenzar a andar. Precisamente allí tenían aparcados los coches dos parejas de montañeros, una que ya nos iba haciendo el favor de abrir huella, y otra  con raquetas en ristre que tenía intención de acometer la misma ruta. Comenzamos la caminata sobre las 9.15 h. y en las umbrías ya nos tocaba pisar nieve, aunque no sería hasta una hora más tarde, poco después de avistar la majestuosa cumbre del Cabeza Nevada, también llamado Mogote del Cervunal, de 2.426 m., cuando el terreno nevado invitaba a cambiar de botas. Yo no lo hice, a pesar de llevar a la espalda esas pesadas botas de plástico que tanto servicio me dieron en otros tiempos pero que se van quedando obsoletas. Sería tras pasar el segundo de los puentes de que cruzan las gargantas de Gredos primero y del Pinar después, cuando nos separamos de los caminos hacia Cinco lagunas y el circo de Gredos y la Plataforma. Mis compañeros se acabaron de ajustar guetres y demás pertrechos y yo, en un afán por ganar tiempo para las fotos y pensando que mis botas de trekking estaban preparadas para la nieve decidí seguir como iba (bien mojaditos llegarían los pies de nuevo a Navalperal...).




Pronto empezaron a llamarnos la atención las formas que empezaban a tener las nubes que llegaban desde el Oeste y el Suroeste, cuando buscábamos la cuerda del Cervunal, en una zona donde levantamos a varios buitres leonados posados cerca y vimos también un par de machos monteses. Ya en la cuerda nos llamaría la atención la gran cantidad de nieve caida en la Serrota y la Paramera.




Sobre las 11.30 h. llegamos a un alto con buenas vistas ya hacia el Cabeza Nevada y el circo de Gredos, contando desde aquí con una perspectiva que permite ver muy bien lo expuesta que está la travesía de los Barrerones en el camino desde la Plataforma a la Laguna Grande, peligro del que no se aperciben muchos de los que siguen esta ruta y causa numerosos accidentes cuando la nieve se endurece por allí...






Una hora más tarde nos encontramos cruzando la sorprendente planicie que a casi 1800 m. de altitud atraviesa el arroyo del Cervunal, en busca del refugio que hay junto a una laguna (ambos con el mismo nombre que la cuerda). Aunque ya me había llamado la atención antes la gran cantidad de bichos de pequeño tamaño (unos pocos milímetros, si acaso) apareciendo por todos los lados sobre la nieve, es al llegar a la planicie cuando veo que se concentran muchos de ellos en las hoquedades que forman las huellas de pisadas y bastones hasta formarse manchas negras de gran tamaño. ¿Alguien nos puede ilustrar sobre su origen y comportamiento? La llegada al refugio se torna espectacular con la aparición y formación de nuevas nubes lenticulares y cielos "empedrados".





Tras un pequeño refrigerio en el chozo-refugio (parada que me permite coger de nuevo a estos malditos...), enfilamos lo más duro de la ascensión. En un collado antes de la cumbre, cuando ya son más de las 2 de la tarde, nos cruzamos con los montañeros abre-huella que ya comienzan a bajar. Es en este punto cuando las condiciones se hacen algo más duras, lo que nos ha hecho calzar los crampones poco antes. La ventisca levanta de vez en cuando los cristales en que se han convertido los granos de nieve en polvo, dejando imágenes sugerentes, sobre todo en el collado y al cruzarnos por la misma zona con un grupo disperso de más de 30 personas que empieza a descender camino del pueblo después de una marcha que desde la plataforma les ha llevado primero al circo de Gredos y luego al Mogote del Cervunal por la portilla del Rey.




Ya en la cima nos quedamos solos tras despedir a los últimos miembros del grupo y buscamos un "abrigaño" para comer, degustando al mismo tiempo el espectáculo de las vistas hacia el circo de Gredos, parte del de cinco lagunas, Sierra de Béjar, la Mira.., y otras montañas del Sistema Central más alejadas. Las nubes lenticulares siguen sorprendiendonos con sus "hojaldres" cambiantes.











Pero ya son las 3 de la tarde y nos queda el descenso, con lo que tras descartar la vuelta por cinco lagunas por razones de tiempo y la inexistencia de huella visible por esos lares, enfilamos la cuesta abajo a las 15.30 h. Enseguida noto algo raro al andar y descubro, para mi pesar, que he roto un crampón, con lo que ato una de las partes como puedo para que no baje bailando y la otra me sirve para no resbalarme, eso si, bajando con más precaución...




De bajada, ya pasado el chozo se nos cruzará un zorro, y pasaremos muy cerca de un nuevo rebaño de machos de "capra hispanica", imponentes con su oscuro pelaje invernal... y las nubes siguen sorprendiendo...









Llegamos entre dos luces al puente sobre el río Tormes y sobre las 19.30 h. nos vemos en el bar del pueblo tomando  cola-caos calentitos y una coca-cola... Os dejo un par de panorámicas desde la cuerda cuando subíamos, y desde la cumbre cuando buscábamos el "abrigaño"... Salud!