lunes, 31 de marzo de 2014

Ruiseñor Pechiazul -luscinia svecica- en Salamanca.

El sábado bajé a Salas Bajas en bici con el pequeño David  y, ya de vuelta a casa, como siempre con un ojo en el verde del carril para evitar choques y el otro escudriñando las orillas del Tormes y el cielo en busca de jugosas observaciones,  un pequeño vuelo de un pájaro de cola roja y algo raro en el pecho me llamó la atención. Podía tratarse del primer colirrojo real que veía este año, asi que paramos las bicis por si dejaba ver mejor, nos acercamos poco a poco y no era un colirrojo... era un pechiazul, mi primer pechiazul visto en libertad... y al lado de casa, quizás de paso hacia la sierra de Béjar o a Sanabria, donde gustan de pasar los veranos ¿quién sabe? Una lástima que no llevara ni cámara ni prismáticos para inmortalizar el momento... A pesar de ello, su carácter confiado y nuestra paciencia hicieron que disfrutáramos un buen rato de su presencia, recreándonos con el color azul de su pecho tan característico y raro por estas latitudes.

La casualidad hizo que al día siguiente, que tocaba salir al monte, nos quedásemos en casa y que el cielo azul de la "ventana" entre frente y frente nos invitara a dar un paseo mañanero. ¿Que mejor opción que pasear por el carril-bici hasta el puente romano y, de paso, buscar de nuevo al "visitante" por si se había quedado por la misma zona? Pues ya con los archiperres de "caza" quedamos con Paco & family y salimos a disfrutar de un día radiante que no esperábamos. Como suele suceder en estos casos, nos encontramos con otros amigos a quienes las predicciones habían dejado en casa y compartimos el paseo una buena tropa. Hice alguna foto a aves habituales como una pareja de colirrojo tizón o un mirlo junto a otras que llaman más la aténción ahora con sus cantos nupciales, como los gorriones molineros o los verdecillos.


Algunas observaciones que se salen de lu habitual hubo, a pesar de lo concurrido de la zona, como un par de visones desde el puente romano, más visibles ahora que andan "cortándole el pelo" ¿al cero? a la ribera del Tormes. Me recreé más en verlos con los prismas, y esta fue la única foto que les hice. 


Quería ver y enseñar a Paco desde el puente lo que me parecío un nido de pájaro moscón al pasar en bici quince días antes (entonces iba sin prismas, seguramente no se trataría de eso),  pero la razzia motoserrera se lo había llevado por delante. Entre la maraña de ramas y troncos cortados me llamó la atención una piedra más o menos redonda de medio metro de diámetro que habían dejado en una isla bajo el puente, que quizás tenga que ver algo con los molinos o aceñas que hubo en la zona ¿? Si alguien sabe de donde puede venir, que lo cuente, je, je.


También andaban por allí algunas garcetas comunes, garza real, las palomas de colores.., aunque lo que más me llamó la atención fue un halcón peregrino saliendo desde el campanario de la Catedral Nueva camino del río. Pero del ruiseñor pechiazul, como ahora se hace llamar, ni rastro...

Me entretuve un buen rato con los visones y las garcetas y cuando regresé a buscar a la gente ya no encontré a nadie. Como, por la hora que era, estaba claro que cada mochuelo andaría ya en busca de su olivo, me encaminé a casa por el carril-bici. El tráfico de gentes y bicis había disminuido mucho, y eso ayudaba a localizar pajarillos. El sorpresón llegaría al pasar de nuevo por la zona donde vimos el día anterior el pechiazul, porque por ahí andaba... ¿el mismo? Un buen rato de cámara a prismáticos y de prismáticos a cámara me permitió hacer algunas fotos decentillas que ahora comparto con vosotros. Como estamos en las orillas del Tormes y en Salamanca con un pájaro que gusta de las orillas húmedas del río,  evitar la basura al tirar fotos se hace difícil. De ahí que la foto donde mejor se aprecia su pecho tenga al lado una bolsa de plástico... Hice otras a mosquiteros con coca-colas light abolladas y semi-herrumbrosas al lado... Efectos colaterales de lo que es para muchos una buena zona para hacer botellón... 

 

martes, 25 de marzo de 2014

Herrerillo común (parus caeruleus).

Este simpático párido es de los pájaros que más satisfacciones nos dan a los "afisionaos" a la ornitología. Aparte de su abundancia y osadía, que hace que nos crucemos con ellos frecuentemente, ese rostro de apariencia frágil y vivaz a la vez y esa combinación de colores, crípticos en la lejanía pero muy vistosos y llamativos a través de los prismáticos, encandila  a todo el mundo, sobre todo a los más pequeños. Me encanta seguir sus acrobáticos movimientos de rama en rama o arrancando cortezas en busca de arañitas, pulgones y otros pequeños insectos. Cuando llega la primavera, el canto y la mayor riqueza del colorido del macho aumenta, si cabe, el placer de observarlos.



Estas fotos las hice el domingo durante un paseo por la ribera del Arlanza en Lerma. El pileo erizado y las alas algo abiertas junto a su canto repetitivo supongo que no buscaban, aunque lo consiguieran, llamar mi atención, sino la de alguna hembra "receptiva"...

jueves, 20 de marzo de 2014

Vilvestre-la Barca-Vilvestre.

El domingo pasado estuvimos en Vilvestre haciendo una ruta que, por la belleza de su recorrido, ya se ha convertido en un clásico primaveral. Iniciamos el recorrido entre almendros en flor. En esta ocasión nos hemos juntado un nutrido grupo de amigos, 27 entre niños y adultos, o 28 si contamos a esa perrita llamada Lira, que hace las delicias de los niños y muestra una paciencia envidiable con ellos. Frente a nosotros se deja ver el pueblo portugúes de Freixo de Espada a Cinta, tan cerca y tan lejos a la vez.


Pronto tengo la suerte de disfrutar de un par de "jugosas observaciones", primero un bello ejemplar juvenil de águila real y luego un pico picapinos sobre un arbusto seco de poco más de un metro y medio de altura.


Tras dejar la pista que nos aleja del pueblo atravesamos el arroyo de la Nava junto al molino harinero de la Luisa, restaurado recientemente y que alguna vez hemos visto funcionar.



A lo lejos, siguiendo el vallejo del arroyo, ya se deja ver el tajo que el Duero crea en los Arribes.


Y después de enlazar con lo que en los mapas del I.G.N. llaman el camino de las Conejeras entramos en la zona, para mi gusto, más espectacular. Se trata de un valle que forma un corto arroyo colgado sobre el Duero, con unos curiosos picachos entre él y el arribe del Duero, aquí llamados picones, con un bonito enebral cubriéndolos y alternando con zonas de pradería que, en esta época del año, recuerdan mucho a Asturias, como bien me comentó el amigo Arturo la primera vez que estuve por aquí.  Al fondo se ve el pueblo portugués de Mazouco.

 

No faltan algunas construcciones ganaderas como los corrales de la Nava o las casas del Monte y del Picón, que acentúan aún más ese toque norteño. También quedan vestigios del alcornocal que seguramente cubrió la zona antes de su humanización.

 

Nos separamos del camino que sigue hacia el Duero, enlazando con un sendero que sigue a media ladera, ya con el Duero a nuestros pies, y entre retamas blancas en plena floración nos acerca a un alto donde paramos a comer... y echar la siesta algunos...


Después del descanso bordeamos el cerro de Montegudín y llegamos a la Barca tras pasar un puente sobre el mismo arroyo que atravesamos a la altura del molino de la Luisa. En esta zona el clima es especialmente benigno y permite el cultivo de naranjos y limoneros por algunas familias, además del omnipresente olivo que es el señor de las terrazas.


En la Barca el valle del Duero se abre mucho, cerca ya de recibir las aguas del Águeda y entrar de lleno en Portugal.


Tras un nuevo descanso tomamos la carretera camino del cruce que nos llevará por un bonito camino tradicional de regreso a Vilvestre, entre terrazas oliveros, chiviteras y chozos rústicos, algunos muy bien restaurados, y fuentes con pilones donde es fácil encontrar tritones.

 

En esta ocasión cogimos un tritón ibérico para ver ese color naranja que tienen por debajo,tan característico en época de celo, y hacerle unas fotillos. Luego lo volvimos a dejar en su hábitat, por supuesto...
   



Una excursión muy recomendable; de las más bonitas de Arribes, para mi gusto. Salu2 a tod@s.