viernes, 23 de mayo de 2014

RASTREO 27/04/2014

El “rastreo” que todos los años por estas fechas organiza el Club Cicloturista de los Amigos de la Bici de Salamanca es una actividad muy recomendable en la que me gusta participar siempre que puedo. Los Amigos facilitan la ingrata tarea del traslado de bicis a una zona no muy próxima a Salamanca, y ello te permite conocer a golpe de pedal y en buena compañía sitios muy interesantes. Y es que los responsables del “rastreo” eligen una zona distinta cada año y, después de “currarsela” con varias visitas, nos ofrecen a los participantes la posibilidad de descubrir rincones naturales y artísticos únicos en medio de una especie de juego de pistas que, además, enriquece nuestro conocimiento. Como las reglas del juego te permiten elegir el recorrido, siempre puedes adaptarte en función de los participantes de tu equipo. A los niños les encanta.

Este año nos movimos todos los equipos entre Castronuño, Tordesillas y Toro, sorprendiéndome la gran dehesa que hay al noroeste del primero (que cuenta también con un espacio protegido en las riberas del Duero). Como hacemos los últimos años, formamos un macrogrupo, pero en esta ocasión no tuvimos mucha suerte al elegir el recorrido, sufriendo además varios pinchazos. Ello no fue óbice para que disfrutáramos de un estupendo día de campo en la bici, descubriendo restos visigodos, diferenciando lo mozárabe de lo mudéjar, viendo a cornejas hostigar a un milano para que se alejara de la zona donde tenían el nido, o remojándonos al final del día con el agua vaporizada en la presa de Castronuño, debido a la apertura de sus compuertas…

 
 
 
 

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