martes, 25 de marzo de 2014

Herrerillo común (parus caeruleus).

Este simpático párido es de los pájaros que más satisfacciones nos dan a los "afisionaos" a la ornitología. Aparte de su abundancia y osadía, que hace que nos crucemos con ellos frecuentemente, ese rostro de apariencia frágil y vivaz a la vez y esa combinación de colores, crípticos en la lejanía pero muy vistosos y llamativos a través de los prismáticos, encandila  a todo el mundo, sobre todo a los más pequeños. Me encanta seguir sus acrobáticos movimientos de rama en rama o arrancando cortezas en busca de arañitas, pulgones y otros pequeños insectos. Cuando llega la primavera, el canto y la mayor riqueza del colorido del macho aumenta, si cabe, el placer de observarlos.



Estas fotos las hice el domingo durante un paseo por la ribera del Arlanza en Lerma. El pileo erizado y las alas algo abiertas junto a su canto repetitivo supongo que no buscaban, aunque lo consiguieran, llamar mi atención, sino la de alguna hembra "receptiva"...

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